Cuando la magia llega a la tierra: La aurora boreal
Por: Héctor Anaya
Una aurora es una pantalla de luz natural en el cielo, sobre todo en las áreas de alta latitud (Ártico y Antártico), causada por la colisión de partículas energéticas cargadas con átomos en la atmósfera de gran altitud (termosfera). Las partículas cargadas que se originan en la magnetosfera y el viento solarestán dirigidos por el campo magnético de la Tierra a la atmósfera. La mayoría de las auroras ocurren en una banda conocida como la zona auroral. Durante una tormenta geomagnética, la zona auroral se expande a latitudes más bajas.
En las latitudes del norte, el efecto es conocido como la aurora boreal (o las luces del norte), que proviene del nombre de la diosa romana del amanecer, Aurora, y el nombre griego para el viento del norte, Boreas. En la Europa medieval, las auroras fueron comúnmente consideradas como una señal de Dios.
Su contraparte del sur, la aurora australis (o las luces del sur), tiene características casi idénticas a las auroras boreales y los cambios coinciden con los cambios en la zona auroral del norte. Es visible desde las altas latitudes del sur en la Antártida, América del Sur, Nueva Zelanda y Australia. Las auroras también se producen en otros planetas. Al igual que en la aurora de la Tierra, son visibles cerca de los polos magnéticos del planeta.
Varios cuentos populares y relatos de viajes dicen que la aurora puede generar crujidos y ruidos estáticos, por lo general leves y breves. Durante mucho tiempo, los científicos se mostraban escépticos, ya que el sonido ha sido difícil de documentar y las auroras mismas son demasiado altas en el cielo para que sean escuchadas en el suelo. Sin embargo, los investigadores de la Universidad de Aalto en Finlandia publicaron un estudio en el 2012 diciendo que grabaron sonidos similares a los de aplausos y crujidos simultáneos a la presencia visual de la aurora boreal, y que estos sonidos se producen aproximadamente a 70 m por encima del suelo. Ellos sugirieron que estos sonidos provienen de las partículas solares asociados a la creación de la aurora. Por su parte, la Universidad de Alaska señaló que el ruido de la aurora es tan raro que la audición se trata de un fenómeno único en la vida de quien lo oye.
En la actualidad, quien desee disfrutar de este fenómeno único en la naturaleza puede realizar algunos de los múltiples viajes organizados que existen para presenciar las auroras boreales en países como Noruega. A tan sólo dos horas de Oslo, en la misma latitud que Alaska y Siberia y entre paisajes de islas, fiordos y montañas, se encuentra Tromso, uno de los poblados donde ocurren las auroras boreales y donde anualmente se realizan excursiones para realizar la “caza de las auroras”.
Otros países en los que se puede apreciar este fenómeno son Laponia, donde desde noviembre a enero el sol está en el horizonte las 24 horas del día, Finlandia, con su mezcla de naturaleza y cultura, o Groenlandia. Hay viajes desde 1.200 euros que incluyen alojamiento, comida, vuelo y transporte al lugar donde se producen las auroras boreales.
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