La maternidad de Elna
Por Sandra Ferrer
Hoy hace cien años nacía una niña suiza cuyo nombre apenas aparece en los libros de historia. Se llamaba Elisabeth Eidenbenz y consiguió salvar de una muerte segura a cientos de madres embarazas y a sus hijos nacidos durante los principales conflictos bélicos que asolaron Europa en la primera mitad del siglo XX. La maternidad de Elna se convirtió en un pequeño universo de vida y esperanza en medio de la barbarie de la guerra.
Elisabeth Eidenbenz era una profesora suiza que había nacido el 12 de junio de 1913. Su espíritu solidario y su afán por ayudar a los demás la llevó a colaborar en distintos movimientos de ayuda humanitaria durante la Guerra Civil Española donde aprendió rudimentos básicos de primeros auxilios.
Los refugiados españoles que llegaron al sur de Francia tuvieron que vivir en condiciones infrahumanas que se acentuaban en el caso de las mujeres embarazadas. Elisabeth no pudo resignarse a ver morir a centenares de madres con sus bebés recién nacidos en espacios insalubres. La situación se agravó cuando en 1939 estallaba la Segunda Guerra Mundial y el número de refugiados aumentó.
Buscando desesperadamente una solución, Elisabeth encontró un palacete abandonado en Elna. En poco tiempo el viejo edificio se convirtió en una maternidad donde nacieron más de 600 niños en los cinco años que estuvo activo. Niños que a buen seguro no habrían sobrevivido en otras circunstancias.
La maternidad de Elna fue cerrada en 1944 a instancias de la Gestapo, la policía secreta del Tercer Reich que después de varios intentos consiguió terminar con el que fue una pequeña luz de esperanza en el terrible caos en el que se había convertido Europa en aquellos años.
Cien años después del nacimiento de Elisabeth Eidenbenz hacemos este pequeño homenaje a una mujer cuya voluntad, solidaridad y amor a los demás, fue símbolo de la bondad del ser humano en un tiempo en el que la fe en la humanidad se había perdido.
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