La lluvia de París le pidió disculpas a Rafael Nadal; Roland Garros le otorgó el máximo honor

Por Francisco Espinosa

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La lluvia de París hizo enojar a Rafael Nadal en segunda ronda cuando tuvo que terminar de jugar al día siguiente. Desde ese día el camino del gigante balear en la arcilla del Roland Garros fue estrepitoso mientras los aficionados se deleitaban con uno de los mejores atletas de la historia. Ayer la lluvia de la tarde parisina le pidió disculpas a Nadal. Una pequeña brisa adornó el octavo título del español.

“Rafa” tiene 27 años cumplidos. Es uno de los ejes centrales de la ATP. El español posee las cualidades de un velocista de condiciones físicas inigualables que le han provocado severas lesiones en sus rodillas. La enjundia del tenista no entiende de razones a la hora de salir a la pista con raqueta en mano. Tras el descanso obligado en 2012, el regreso de Rafa en temporada de arcilla provocó una sensación de alivio a la historia. Después de ganar Madrid y Roma, París era la cita final para el legado del campeón que no soporta las rodillas.

Cuando era niño corría. En la escuela a la hora del descanso corría atrás de una pelota. A la salida, camino a casa, Rafa corría para alcanzar a ver a Goku y sus aventuras en Dragon Ball. Correr como estilo de vida le hizo entrar a un deporte donde correr da una ventaja sustancial sin ser lo que más importa. Cuando el velocista tomó una raqueta de la mano de su tío Tony Nadal el atleta se formó para el beneplácito de toda una generación que gusta de los deportes.

Al de Mallorca lo han captado en cientos de videos en Youtube mientras habla un trastabillado inglés en medio de conferencias. El tenis es un deporte ejemplar. Su organización es el ejemplo de una calendario cargada de acción, pero eficiente, que recorre gran parte del mundo con atletas comprometidos con el juego y organizados en un sindicato del que deberían aprender otras disciplinas deportivas. En medio de ese ambiente adecuado, Rafa ha sido capaz de estar en lo más alto del ranking y de convertirse en uno de los íconos que han definido a toda una generación.

Un video circula en la red donde en medio de una conferencia de prensa, un calambre en la parte posterior de uno de sus muslos lo atacó sentado en la silla. El atleta se iba desvaneciendo hasta caer al suelo para lograr estirar la pierna. El juego del hombre más dominante sobre la arcilla es sobrenatural. Nadal redefinió el término de pelota perdida. El de Mallorca no sabe dar por por perdida ninguna bola. Hay devoluciones que han puesto de pie a la grada mientras el aficionado que lo ve por la televisión simplemente queda anonadado.

Con 12 Grand slams ganados, el español está a cinco del que probablemente sea en estos momentos el mejor jugador en la historia del deporte blanco. Roger Federer cosecha títulos con la elegancia de un lord. Su juego ha cambiado para siempre la forma en que se debe golpear una bola. Rafael Nadal ha logrado estar a la altura del suizo. Las batallas épicas de los dos colosos lograron que un simple partido de tenis se convirtiera en el pretexto perfecto para entender que el deporte es un mundo lleno de metáforas de las que los seres humanos se inspiran.

El legado de un tenista como Nadal va más allá de estadísticas, golpeo de pelota, condiciones físicas o si alcanzará a ser el mejor jugador de la historia. Con los aficionados pendientes de las rodillas del español que tiene años de gloria para seguir deleitando a su gente. Tras ganar su octavo Roland Garros, el español no jugará hasta Wimbledon. En el reino de Federer, Rafael Nadal aspira seguir acrecentando su propia historia vestido de blanco. Mientras los dos titanes disputan su trono, las metáforas seguirán como en París, con el gigante balear corriendo como de costumbre con la raqueta en su mano izquierda con la grada de pie.

 

Sin Embargo

 

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