La secuencia del día: Drive
Por Tamara Moya.
“La rana le preguntó: ¿por qué lo has hecho, no ves que al picarme los dos vamos a morir ahogados?
Y el escorpión le contestó: No puedo evitarlo, es mi naturaleza.“
La secuencia del día de hoy pertenece a la película Drive (Nicolas Winding Refn, 2011). El filme, que trabaja constantemente sobre la idea de los géneros y los estereotipos, habla de la naturaleza del personaje interpretado por Ryan Gosling (personaje sin nombre, lo que nos avisa de que estamos ante un arquetipo sin una mayor profundidad psicológica), que trabaja en un taller y como conductor especialista de cine, actividades que combina con el trabajo para delincuentes a los que ayuda en sus fugas. Pero el personaje, del que se intuye que ha roto con un pasado al que no se hace referencia en la película, conoce un día a Irene (Carey Mulligan), una vecina con un niño pequeño cuyo marido se encuentra en prisión. A partir de aquí Ryan Gosling empezará a cuidar de la familia, lo que también le llevará a meterse de lleno en ese mundo que había dejado atrás.
De esta secuencia en concreto, en la que Ryan Gosling acaba de comunicar a su vecina Irene que su marido ha muerto en un robo que ha salido mal, y en el que él le ha ayudado sin que ella supiese nada de la operación, la chica se mete en el ascensor para marcharse, y él la acompaña al ver dentro de este a uno de los matones que ha ido a buscar a Gosling. Se trata de la despedida de ambos personajes, y también del momento en el que Irene descubre la verdadera naturaleza del driver, la de ese escorpión que lleva en su cazadora. De ella debemos destacar varios aspectos.
En primer lugar, la planificación en función de la subjetividad del personaje: Gosling se da la vuelta para besarla, y al hacerlo se emplea una cámara lenta y las luces del ascensor bajan. La besa para despedirse de ella porque sabe que en el momento en el que mate al otro personaje va a perderla. La besa de forma onírica porque es la primera vez que lo hacen en toda la película, y también la última.
Destaca también el uso del contrapicado de Gosling mientras pisa al matón. Esta técnica aquí sirve para representar el punto de vista de la chica, lo que ella está sintiendo; pero el contrapicado también nos hace sentir esa brutalidad, nos hace casi situarnos en el punto de vista del propio matón muriendo. Después, cuando concluye la “tarea”, el driver se da la vuelta y emplea técnicas de actuación del más puro cine mudo, con una posición encorvada y la cara deformada: se está dando la vuelta el monstruo. Hasta este momento pensábamos que era un héroe, pero ahora nos damos cuenta de que era un monstruo enmascarado. Después de observar la escena, Irene sale del ascensor casi expulsada al color azul del aparcamiento una vez que se rompe la fantasía de poder cuidar de esa mujer y su hijo, destacando de este momento el sonido de la puerta del ascensor cerrándose ante ella.
Finalmente, uno de los planos más interesantes de toda la película es, precisamente, el último plano de esta secuencia, en el que encontramos a Ryan Gosling solo en el ascensor con la cabeza cortada y de espaldas: el personaje está respirando y parece que el escorpión se está moviendo en la espalda del protagonista. Ya no estamos ante el driver, sino ante su verdadera naturaleza aflorando.