Florentino Pérez, el dinero no compra la felicidad
Por: Ana M. Badía
No es cuestión de dinero. Ese no es el problema del Real Madrid ni de su presidente, Florentino Pérez, el problema es la inexistente base de su proyecto deportivo. Y es que tras cuatro años, del que es su segundo mandato, el máximo dirigente de la ‘casa blanca’ no ha logrado construir un proyecto de futuro, los cimientos vuelven a fallar y aunque la inversión supera los 400 millones de euros, la continuidad deportiva tanto ansiada, aun es un sueño en Chamartín.
Mourinho es el primero en retirarse, el octavo entrenador de la ‘era Florentino’ dice adiós tras completar su peor temporada desde que comenzó en los banquillos. La culpa por el mal curso de los merengues, se centran en la inestabilidad creada por el mismo, y aunque a los críticos no les falta razón, habría que echar la vista atrás para darse que cuenta de que quizás el problema no solo radica en el temperamento del portugués, sino que la gestión del presidente, puede ser otro de los puntos a tener en cuenta, y es que el dinero no compra ni la felicidad, ni los títulos.
Florentino Pérez no es un recién llegado a la presidencia del Real Madrid. En el año 2000, y tras arrebatarle el puesto en las elecciones a Lorenzo Sanz, el empresario inició su primer mandato, mandato que prometía éxitos y que se fue desinflando temporada tras temporada hasta llevarle a la dimisión.
Uno de sus principales problemas fue el baile de entrenadores al que sometió al club y a la afición. Cuando tomó el mando, Vicente del Bosque acababa de lograr la octava Copa de Europa para el conjunto merengue. Florentino decidió entonces darle continuidad y con el actual seleccionador nacional como líder del vestuario, el Real Madrid logró completar la etapa más exitosa de los últimos once años. La novena Champions, dos Ligas, una Supercopa de Europa y otra de España y una Copa Intercontinental, engordarían las vitrinas del Santiago Bernabéu, pero ello no pareció suficiente para Florentino, que alegó un cambio de imagen para terminar con Del Bosque, aunque en realidad todo apuntaba a un problema de ‘feeling’, como el de Guardiola con Eto’o.
Entonces el portugués Carlos Queiroz llegó al banquillo y con él David Beckham, lo que aseguraba la continuidad de la ‘era galáctica’, la que juntó en el mismo once a Zidane, Ronaldo o Luis Figo.
En su primera temporada, el luso le dio al Real Madrid la Supercopa de España, en su segundo año y con un vestuario repleto de estrellas, Queiroz no tuvo opciones. La maldición de los octavos de Champions comenzó y el ex del United se marcharía tras dejar un curso en blanco.
Tras su salida, cuatro serían los entrenadores en los que Florentino confió su equipo. Camacho, García Remón, Luxemburgo y López Caro. Ninguno de ellos logró un solo título. Así, y antes de concluir otra temporada de sequía, el empresario dejó el cargo.
Segunda parte
Tras tres años de ausencia, Florentino regresó cual mesías, tras la convulsa legislatura de Calderón y el ‘chorreo’ de Boluda, prometiendo devolver al Real Madrid al “lugar donde merece estar”. De ello hace ya cuatro años, y el conjunto blanco no está ni de lejos a la altura.
Desde que comenzara su segundo mandato, terminar con la hegemonía del FC Barcelona y regresar a lo más alto de la competición europea son sus principales objetivos. Sueños que aún no ha podido completar a pesar del importante desembolso de dinero realizado.
El gasto del Real Madrid desde 2009, es tan solo superado por el Machester City, equipo que también cuenta con un vestuario de lujo y un rendimiento más que cuestionado.
Pérez ha invertido 417,5 millones de euros en construir un equipo repleto de estrellas. Así, Kaká, Cristiano Ronaldo o Benzema, llegaron a Chamartín para hacer soñar a la afición con un nuevo camino hacia lo más alto, aunque por ahora lo único que sus “nuevos galácticos” han logrado son dos semifinales de Champions consecutivas, una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa de España.
Mientras, su gran rival, el FC Barcelona ha engordado sus vitrinas con doce títulos y todo ello con 155 millones menos de gasto. El Atlético de Madrid es otro de los equipos que ha superado el palmarés merengue, ganando cinco copas en los últimos cuatro cursos, la última en el Bernabéu y ante el anfitrión.
Florentino lo ha intentado con Pellegrini al mando y con el polémico Mourinho, pero su proyecto sigue sin cuajar. La millonaria inversión y la llegada de reconocidas estrellas no sirve de nada si no se es capaz de crear un proyecto de futuro, de cimentar una base para crecer y ganar, de mirar a la cantera y confiar en sus jugadores y cuerpo técnico. El Real Madrid tiene todos los ingredientes pare triunfar, en cambio se pierde en la polémica y es entonces cuando hunde las expectativas. Ello ocurrió con Mourinho.
Mourinho, un sueño que no cuajó
Era el plan de futuro, el entrenador estrella, con experiencia y títulos en su haber y un buen conocimiento del FC Barcelona, club en el que ocupó por primera vez el banco, como asistente de Robson. Mourinho era la pieza que le faltaba al engranaje blanco, pero no llegó a encajar.
Mourinho tenía contrato hasta 2016, pero la directiva y el propio entrenador decidieron ponerle fin tras la derrota en la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid. De mutuo acuerdo y con los mejores deseos venideros, el portugués abandonará Chamartín al final de temporada tras tres años en los que no ha devuelto al Real Madrid a lo más alto de Europa, pero en los que ha logrado terminar con la sequía de títulos y plantar cara al FC Barcelona.
La victoria en la Copa del Rey ante el eterno rival o la Liga de los 100 puntos, completan los mejores recuerdos de Mourinho en la ‘casa blanca’, donde su trayectoria se ha visto eclipsada por la polémica.
Las críticas a la UEFA, los famosos papeles con los errores de Clos Gómez, las críticas a Pedro León, el dedo en el ojo de Tito, los pulsos con la plantilla…, han dejado un Real Madrid roto y con la imagen dañada, un conjunto sin títulos en 2013 y de nuevo bajo la estela de otros que manejaron los cambios y lograron regularidad.
Tras la salida de Mourinho, un nuevo proyecto se acerca a la ‘casa blanca’. Florentino ha convocado elecciones para este verano, aunque lo más seguro es que no tenga rival con el que disputarse el mando. Ante ello, y por si se entra en campaña, Pérez ya busca un nuevo nombre para liderar su vestuario, un entrenador sobre el que asentar su proyecto, el noveno en un baile que espera, esta vez, llegar a su fin. Ancelloti, Ramírez o Heynckes entran en las quinielas.