Patatas blancas para combatir la tensión arterial alta
En bastantes personas, el consumo de potasio, un nutriente necesario para el metabolismo, es inferior al deseable. Por ejemplo, se estima que el 97 por ciento de la población estadounidense no tiene un consumo adecuado de potasio.
Los resultados de un análisis de datos efectuado por el equipo de Maureen Storey, presidenta de la APRE, una organización con sede en Estados Unidos dedicada a investigaciones sobre las patatas o papas, respaldan la idea de que el consumo de patatas blancas está vinculado a una mayor ingestión de potasio. En el análisis de datos, se determinó que por cada kilocaloría adicional de patatas blancas consumida, se produjo un aumento de 1,6 miligramos en la ingestión de potasio en adultos de 19 o más años de edad, y un aumento de 1,7 miligramos en niños y adolescentes de 2 a 18 años de edad.
Hay estudios que indican que un mayor consumo de potasio está asociado con una tensión arterial más baja en adultos. Las dietas que contienen alimentos que son fuentes ricas en potasio y bajas en sodio pueden, por tanto, reducir el riesgo de tensión arterial alta y de consecuencias potenciales de ésta tales como el derrame cerebral y el ataque al corazón. Las patatas blancas, con o sin la piel, no contienen grasa (otra cosa es la que se le añada como consecuencia de freírlas), y tienen muy poco sodio (otra cosa es la sal que se les agregue al condimentarlas). Por ejemplo, una patata pequeña (138 gramos), con piel, cocida al horno y sin aditivos, proporciona 738 miligramos de potasio y aproximadamente la misma cantidad de calorías que un plátano relativamente grande (136 gramos), el cual aporta mucho menos potasio (sólo 487 miligramos). A igual valor calórico, la patata blanca ofrece más potasio que el plátano.
Incluso sin su piel, la patata blanca aún contiene una cantidad importante de potasio. Un cuenco lleno de patata cocida (122 gramos), sin la piel, proporciona 477 miligramos de potasio.