El 2013 es de las baladas
Por: Héctor Anaya
¿Quién imaginaría hace dos años que una joven inglesa de veintipocos años revolucionaría la música mundial cantando baladas, uno de los géneros musicales más socorridos de la historia? ¿Quién imaginaría también que una joven hija de papá estadounidense con cuerpo de Stacy Malibú y labios carnosos haría que grandes artistas lo dejaran todo por los violines y el piano? Adele, Lana, esto es lo que habéis conseguido.
Una elegantísima manera de cantar, una voz increíble y unas letras con sentimiento detrás son las cartas de presentación de Adele. Ah sí, y un físico nada parecido a cualquier otra cantante de éxitos comerciales. Adele es sencillez, sobriedad y sinceridad mezclado con pasión, actitud y carácter con una estupenda voz como nexo de unión. Los ‘Someone like you’, ‘Rolling in the deep’ o, más recientemente, ‘Skyfall’, que nos ha dejado durante los dos últimos años esta inglesa a quien conocimos a partir de un amor fallido, han afectado a la música que hoy en día llena nuestros oídos.
Por otro lado, ahí está Lana Del Rey. Una niña diez, la hijita de papá que decide convertirse en cantante y, para sorpresa de todos, no se dedica al bailoteo y a lo comercial, sino a la balada con letras callejeras y transgresoras. Porque, una cantante estadounidense que, una vez llegada a la fama se atreve a cantar que su ‘pussy smells like Pepsi Cola’, merece un monumento (a la vez que una persecución por parte del puritanismo que puebla las cúpulas de las discográficas)
La balada y el éxito unen a Lana y Adele. Y, es innegable que en la música, todo el mundo intenta acercarse al éxito, incluso los más grandes. ¿O tiene alguien alguna otra explicación para que, la canción vuelta de Bowie, uno de los más importantes cantantes de la historia sea una balada como ‘Where Are We Now’?
Y no solo es David Bowie, es Bonnie Tyler con su eurovisivo ‘Believe In Me’ o Rod Stewart con ‘It’s Over’. Y ya en los cantantes actuales, hay mil ejemplos: Florence And The Machine con ‘Over The Love’, Rihanna con ‘Stay’, Bruno Mars con ‘When I Was Your Man’, Justin Timberlake con ‘Mirrors’ y un largo etcétera. El 2013 es de las baladas.
Las baladas pueden ser las canciones más maravillosas del mundo cuando están bien cantadas, bien arregladas y con buena instrumentación. Te atrapan, te trasladan a la parte más íntima y sincera del artista y le permiten lucirse en sus directos y sus conciertos. Pero una balada es un arma de doble filo, ya que, una balada es mucho más propensa a aburrir al público que cualquier otro tipo de canción. Y no es momento de caer en la ranciedad, la industria musical necesita revivir y le hacen un flaco favor tantos y tantos artistas interpretando canciones de ritmo lento tan parecidas entre sí. La música, señores, necesita hoy que las canciones tengan gancho. Hay baladas con muchísimo gancho pero, por favor, no saturemos al personal. Ya hemos tenido bastante con el R’n’B.
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