¿Twitter en papel? Sí, y cuentos digitales animados
Por Carmen Aguilar García
La influencia de las nuevas tecnologías llega al papel y a las técnicas narrativas de los escritores
El 8 de junio, en plena Feria del libro de Madrid, los periodistas Marta Aguilar y Juanma Romero firmarán ejemplares de su obra Que se entere todo el mundo. Hasta aquí, nada especial. Centenares de escritores acuden a esta feria cada año. Lo singular es el libro en sí, escrito en forma de “tweets”. Se limitan ellos mismo el espacio en un formato más flexible que los periodísticos, pues no están sujetos a las restricciones del espacio. Pero… ¿por qué? “La plataforma Twitter es una de las más utilizadas por nuestro sector. No relegamos las demás, pero es la que, bien utilizada, se ha convertido en una red que puede enlazar empresa y sociedad a través de mensajes virales de rápida difusión”, explica la autora.
Que se entere todo el mundo es un manual para emprendedores, donde se recogen consejos para las relaciones con los medios de comunicación. Pero es también un ejemplo de las nuevas técnicas narrativas, influenciadas por la tecnología; como los vídeo libros o las novelas que cambian la narración epistolar por los correos electrónicos. Se consigue, así, “un efecto actual y moderno, en consonancia con los cambios que estamos viviendo”, señala convencida la periodista Marta Aguilar.
Éxito entre los niños
Los escritores cambian, “se adaptan”, dice Aguilar, a las nuevas realidades; lo que se observa en la escritora Salomé R. Hage. Greta y las hadas en Groenlandia es su segundo libro infantil, pero el primero digital e interactivo. Un trabajo “arduo”, confiesa, “pero fascinante”. “Componer la letra de la canción Tiempos felices, por ejemplo, y ver como toma cuerpo con la pieza que el músico compuso para ella y ver a los personajes moviéndose y cantándola es muy emocionante. También escuchar a las hadas hablando el idioma que inventé para ellas… En fin, todos esos elementos que en papel son estáticos y en el formato digital cobran vida, pues a mí me gustan tanto como a un niño”.
Greta y las hadas en Groenlandia ha batido récord en Internet, con más de 8.000 lecturas en apenas unos meses. Quizás este éxito y la novedad del formato han logrado “enganchar” a Hage con esta técnica. Seguirá empleándola en futuros proyectos, porque es “como hacer una pequeña película de animación”, confiesa entusiasmada. Pero, ¿renuncia a algo el escritor en aras de la tecnología? “No cambia el proceso de escritura”, admite Hage, “si acaso, el hecho de que generalmente han de ser historias breves que se ajustan mejor al formato”.
Inmediatez e impacto, nuevas propiedades
Brevedad, rapidez e impacto visual son las principales características de las nuevas tecnologías. Rasgos que asumen las obras que las incluyen. Pero la innovación implica, también, rápida obsolescencia… ¿Es, por tanto, esta combinación de escritura y tecnología una moda pasajera?
“Para nada”, asegura Marta Aguilar. “Al contrario”, dice Salomé R. Hage, “al menos en el mundo infantil es posible que acabe desplazando al libro en papel”, debido a que el formato es más atractivo para los pequeños lectores. “Es una nueva forma de fomentar la lectura y que les resulte al mismo tiempo entretenida y emocionante”. No obstante, para la autora infantil, “la revolución digital en la lectura para adultos necesitará seguramente más tiempo para implantarse y con toda probabilidad seguirá conviviendo con el libro en formato papel”.
En este sentido, desde Confederación Española de Gremios y Asociaciones de Libreros admiten que aún es difícil evaluar en qué medida las nuevas tecnologías influyen en las formas narrativas de los escritores. Es un proceso nuevo, que está casi iniciándose y del que aún no hay perspectiva temporal para analizarlo o estudiarlo.
“Ante la novedad a veces tenemos una reacción temeraria y protectora”, contrasta Aguilar, pero las redes sociales y el compartir conocimiento “abren más ventanas de las que se puedan cerrar”. Facebook o whatsapp acabarán “reflejados en libros, puesto que los libros son, a la vez, el reflejo de lo que vivimos”. Lo que se necesita, pues, para conocer el final de esta historia entre las nuevas tecnologías y la literatura es, paradójicamente, tiempo, en un mundo regido por la inmediatez.