Dubrovnik, una perla con vistas al Adriático
Por: Héctor Anaya
Sin duda alguna Croacia está de moda, pero si hay alguna ciudad que destaque de este bello país, con siete lugares declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es Dubrovnik.
«Todos los que busquen el paraíso terrenal que vengan a visitar Durbrovnik». Con esta cita del autor de Pigmalion, George Bernard Shaw, empezaremos nuestro recorrido por Dubrovnik, una ciudad que, seguramente, hará las delicias de cualquier viajero tanto por su bello emplazamiento geográfico y su maravillosa arquitectura. Además, si algo destaca de esta ciudad, que se ha ganado el calificativo de «perla del Adriático», es que en menos de 20 años ha podido resurgir, cual Ave Fénix, de sus cenizas después del bombardeo del año 1991.
Dubrovnik, cuya fachada marítima ha ocupado las principales portadas de las más prestigiosas revistas de viajes del mundo, está ubicada en el extremo sur de la región de Dalmacia (en la parte más meridional de Croacia) y ha sido durante siglos una de las ciudades más elegantes y distinguidas de Europa, ya que desde el siglo XI al XVI fue una potencia del Mediterráneo.
La costa dálmata atrae cada año a miles de turistas, entre ellos celebridades como Eva Longoria o Bono de U2, que buscan en ciudades como Dubrovnik descubrir El Mediterráneo tal y cómo era , como afirma el lema que usa el Gobierno de Croacia para promocionar el turismo en la región.
«La Atenas dálmata», como es conocida también esta ciudad, ha sido cuna de grandes exponentes de la humanidad en ciencia y artes. La actual Dubrovnik es una ciudad rodeada de murallas y fortificaciones, al pie de la montaña de San Sergio, que cae a pico sobre las aguas del Mediterráneo.
La puerta de Pile es la entrada a esta ciudad-estado marítima, considerada una de las grandes fortificaciones de la Edad Media, ya que nunca fue violada por un ejército hostil durante un gran período de tiempo. Todo este recinto amurallado de la ciudad croata fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979 por la Unesco.
Una de las calles más importantes de Dubrovnik es la calle Stradun, que encontramos tras dejar atrás el puerto antiguo de la ciudad. Esta vía, que en sus inicios era un canal que separaba la ciudad en dos mitades: la parte de los esclavos y la de los hombres libres, marca la personalidad de la ciudad. A la derecha del canal se agrupaban los barrios más humildes y las casas más simples y elementales, mientras que a la izquierda estaban los barrios ricos, donde vivían los acaudalados mercaderes y los nobles, quienes construyeron palacios y parques de recreo, que en la actualidad pueden ser visitados.
Cuando el turista deja atrás la calle Svetog Dominika y cruza el imponente arco que da paso a la Plaza Lûka, puede disfrutar de la Iglesia de San Blas, patrón de la ciudad.
La ciudad vieja de Dubrovnik (Stari Grad) cuenta con un gran número de monumentos, iglesias, monasterios y palacios, la mayoría reconstruidos después de los bombardeos del año 1991. Fuera del recinto amurallado también hay alguna construcción destacada como la imponente fortaleza de Lovrijenac, en la entrada oeste de la ciudad. Esta fortaleza cierra y protege el puerto de la ciudad.
Asimismo, Dubrovnik también conserva importantes edificios religiosos siendo el más destacado la Catedral, que es considerada como una de las más bellas iglesias barrocas de Dalmacia. También es mencionable el monasterio dominicano. Además, a los seguidores de la serie Juego de Tronos, les gustará saber que partes de esta han sido rodadas en la ciudad croata.
En definitiva, Dubrovnik es una ciudad que enamorará a cualquiera que la visite, por su mezcla de historia y naturaleza.
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