La relación entre la calvicie y el riesgo de enfermedad cardiaca coronaria
Un análisis reciente ha encontrado que la calvicie común (alopecia androgénica) está vinculada a un mayor riesgo de enfermedad cardiaca coronaria, pero sólo si ésta aparece en la parte superior (o coronilla) de la cabeza, en vez de en la parte delantera. El análisis indica que esa pérdida de cabello en la parte delantera de la cabeza, lo que comúnmente se conoce como entradas, no está vinculada a un mayor riesgo.
El equipo de Tomohide Yamada, Kazuo Hara, Hitomi Umematsu y Takashi Kadowaki, todos de la Universidad de Tokio en Japón, buscó en las bases de datos Medline y Cochrane Library investigaciones publicadas sobre la calvicie común y la enfermedad cardiaca coronaria, y encontró 850 estudios posibles, publicados entre 1950 y 2012.
Pero sólo seis cumplieron todos los criterios de selección y por tanto sólo esos fueron incluidos en el análisis. Todos habían sido publicados entre 1993 y 2008, y en ellos se estudió a poco menos de 40.000 hombres.
En tres de los estudios, se monitorizó la salud de hombres con pérdida de cabello durante al menos 11 años.
El análisis de los resultados mostró que los hombres que habían perdido la mayor parte de su cabello eran un 32 por ciento más propensos a desarrollar enfermedad arterial coronaria que los que mantenían su cabello en toda la cabeza.
Cuando se limitó el análisis a hombres de entre 55 y 60 años, apareció un patrón similar. Los hombres calvos o con una pérdida amplia de cabello eran un 44 por ciento más propensos a desarrollar enfermedad arterial coronaria.
El análisis de los otros tres estudios, en los que se comparó la salud cardiaca de los que eran calvos o se estaban quedando calvos, con los que no tenían estos rasgos, mostró un panorama similar.
Ese análisis mostró que los hombres con pérdida de cabello eran un 70 por ciento más propensos a desarrollar enfermedades cardiacas, y los de grupos de edad menores eran un 84 por ciento más propensos a ello.
Tres estudios evaluaron el grado de calvicie usando una escala validada (Escala de Hamilton). El análisis de estos resultados indicó que el riesgo de padecer enfermedad arterial coronaria dependía de la gravedad de la calvicie, pero sólo si ésta se daba en la parte superior (o coronilla) de la cabeza.
Una calvicie extensa en esa parte de la cabeza aumentaba el riesgo en un 48 por ciento, una calvicie moderada lo hacía en un 36 por ciento, y una leve en un 18 por ciento. En cambio, el análisis mostró que tener entradas influía muy poco en el riesgo.
Las explicaciones de las causas de esta asociación pueden ser varias, e incluyen la posibilidad de que la calvicie pueda indicar resistencia a la insulina, que es precursora de la diabetes; un estado de inflamación crónica; y una mayor sensibilidad a la testosterona. Las tres cosas están implicadas directa o indirectamente en elevar el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Los resultados de este análisis han sido publicados en la revista académica británica BMJ (British Medical Journal), editada por la British Medical Association (Asociación Médica Británica).