Los colores de Frida
Por Karin Wachtendorff
Frida Kahlo (1907-1954) fue una mujer adelantada a su tiempo. No sólo por su forma de pensar y de vivir, también fue precursora de la moda étnica, mostrando al mundo su fascinación por la rica y colorista indumentaria de las tribus indígenas mesoamericanas, las cuales desarrollaron desde época prehispánica, una maravillosa y avanzada industria artesanal, rica en recursos técnicos y tintóreos.
Frida amaba el color, amaba la ropa y amaba adornarse. Su espíritu rebelde la impulsaba a vestirse de una forma totalmente personal, desafiando la moda y costumbres de su época, buscando la provocación, y con ello, ser el centro de atención allá donde iba.
Fotografía de Nickolas Muray, 1946
En una ocasión, mientras Frida se encontraba en París escribió a Diego Rivera:<<En todas las reuniones a las que asisto, y en cualquier parte que estoy, el centro de atención soy yo: con mis hermosos trajes bordados de los indígenas, con mis tocados de flores e inválida >>
Cuando analizamos su vida, su obra y su indumentaria, observamos una dualidad latente en ellas; su bisexualidad, la libertad de su mente y la prisión de su cuerpo, su fortaleza y su fragilidad, la humildad de la lana y la soberbia de la seda.
Frida Kahlo. Las dos Fridas, 1939. Colección Museo Nacional de Arte Moderno. Ciudad de México.
Sin duda, esa dualidad vital y emocional que la acompañó toda su vida, también se manifestó en su forma de vestir y de combinar los colores, algo que nunca dejaba al azar. Si fue cuidadosa con su imagen mientras estuvo viva, también lo fue tras su muerte, ya que antes de morir, dejó dispuesto cómo debía ser vestido su cadáver.
Frida concibió para sí misma un estilo ecléctico, basado en una mezcla muy personal de ropa y complementos de diversa procedencia; prehispánico, mestizo, oriental. Añadiendo incluso, prendas de moda europea de finales del siglo XIX que heredó de su madre y su abuela.
Frida en Nueva York vestida de tehuana. Fotografía de Nickolas Muray, 1946
Sintió predilección especial por la ropa y los tocados de tehuana, a pesar de que nunca visitó Tehuantepec. Era audaz eligiendo y combinando los colores. Para ella tenían un sentido pictórico y sensorial, como cuando unía colores primarios y complementarios en un mismo conjunto.
Fotografía de Nickolas Muray. Rebozo de artisela . Colección Museo Frida Kahlo
Una de las prendas favoritas de Frida, era este rebozo de artisela originario de San Luís de Potosí en color fucsia (su color favorito). Le gustaba combinarlo con tonos morados, o con vistosos rosados, naranjas, amarillos y verdes, obteniendo resultados coloristas de gran impacto visual.
Fotografía Roberto Avalos. Estilismo Renato Camarillo. Colección Museo Frida Kahlo.
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Museo Frida Kahlo: http://www.museofridakahlo.org.mx
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