LUCCA, ESA PEQUEÑA (GRAN) HERMANA
Italia es conocida por su arte, que se respira tanto dentro como fuera de palacios, iglesias y ruinas. Quien piensa en Italia piensa en Roma, Pisa, Florencia, Siena… pero al lado de éstas, existen ciudades como la que hoy trataremos: Lucca. ¿Te suena? a mucha gente tampoco: desconocida por el gran turismo (incluso para muchos italianos), ha logrado conservar, posiblemente gracias a eso, toda su autenticidad.
Lucca es una ciudad de la Toscana, a unos quince kilómetros de Pisa y unos 50 Km de Florencia, sus dos hermanas mayores. Se halla completamente rodeada por una muralla y se accede a su interior a través de cualquiera de sus seis impactantes puertas o entradas. En la actualidad, la ciudad se ha extendido más allá de los muros, pero vivir dentro de ellos sigue siendo una señal de distinción, que se refleja en el valor de los inmuebles.
Una vez traspasado el umbral, enseguida notas que Lucca huele a ciudad “de una volta”, a años de historia acumulados en sus gruesos muros. Decides explorarla a pie, y te encuentras con un serpenteo de calles estrechas, pasajes semi camuflados y suelos adoquinados. Lucca conserva su pátina de ciudad feudal, con tiendas que no necesitan de minimalismo ni decoración contemporánea. Muchas de sus puertas son de madera, y sus techos altos y oscuros. Existe una tienda de discos, en la Via Santa Crocce, que está tal y como se abrió, allá por los años setenta. No ha cambiado un ápice, ni tan siquiera el pequeño cartel “Dischi” con la que se anuncia desde fuera. Otra tienda por la cual no pasa el tiempo se encuentra en el centro, muy cerca de Piazza San Michele. Se trata de La Bottega di Prospero, (cereales, semillas, vino, miel, etc…), que desde hace cinco generaciones conoce el valor de lo antiguo y han mantenido su negocio en una atmósfera en la cual el tiempo parece haberse detenido.
Via Fillungo es la calle principal a la cual se acercan los habitantes de Lucca, los lucchesi, para pasear y dejarse ver. Las principales firmas de moda se encuentran allí. Vale la pena mirar las tiendas de zapatos, con el sello inequívoco del diseño italiano pero a precios mucho más baratos que en otras ciudades de Italia.
En Lucca nació el compositor Giacomo Puccini y la ciudad, gran amante de la música, se honra de este acontecimiento mediante la celebración casi permanente de conciertos a lo largo del año.
Lucca tiene una excelente cocina basada en productos como la “zuppa di farro” o la “cecina” (especie de torta elaborada a base de harina de garbanzo). También son conocidos los “crostini di fegato” , y el conejo es un plato muy común en sus restaurantes.
Por último no olvidaremos lo que da a la ciudad su aspecto diferencial, que es su muralla, “le mura“, como lo denominan allí. Antiguamente indispensable con sus bastiones para defenderla de sus enemigos (entre ellos Pisa, rivalidad que todavía se mantiene en algunos campos como el fútbolístico), ahora es un agradable paseo a recorrer en bicicleta, andando o haciendo jogging.
En definitiva, si vas a Italia, no desmerezcas esta “pequeña gran hermana”, que no te defraudará. El espíritu de una Italia llena de historia sigue vivo entre sus callejuelas.