Historias de pasión, locura y muerte: Las hermanas Stephen o Virginia Woolf y Vanessa Bell
Por Juan Carlos Boveri
Virginia y Vanessa siempre están rodeadas de gente vinculadas a los más altos círculos intelectuales ingleses. Son inteligentes y talentosas. Una escribe, la otra pinta. Tienen un gran parecido físico y a las dos les ha pasado lo mismo cuando eran niñas. Las dos son niñas victimas de abusos sexuales y lo seguirán siendo hasta entrada la adolescencia. Sus medios hermanos, George y Gerald Duckworth, las obligan a tener relaciones sexuales con ellos.
Virginia se casa a los treinta años con Leonard Woolf, un escritor y economista del que ella dice: «Es un judío sin un centavo». Con Leonard mantendrá un matrimonio que durará hasta su muerte. Mientras los años transcurren, ambos dirigen una pequeña y famosa editorial y mantienen contacto con los intelectuales británicos más brillantes. Las variaciones emocionales de Virginia son constantes. Pero tiene en Leonard alguien que la quiere y la calma. Virginia escribe que el de Leonard y ella es un matrimonio completo. Es posible que su concepto de «completo» tenga, para ella, un significado diferente al común.
Virginia, hacia 1920, tiene una relación amorosa con una mujer: Vita Sackeville-West, escritora y esposa de Harold Nicolson. El amor apasionado entre las dos mujeres dura alrededor de un año. Luego, deciden interrumpir el romance y seguir como buenas amigas. No será el único amorío de Virginia con mujeres. Quizás, el sentido que le da a «matrimonio completo» es que su marido sea tan comprensivo como el de su hermana.
Virginia y Vanessa tienen que soportar la muerte de su hermano Toby, y algunos otros vaivenes. En especial, la enfermedad mental de Virginia que la lleva a ser internada en varias ocasiones y a ser alejada de la ciudad para estar en un ambiente campesino que le resulte menos opresivo.
Vanessa es considerada una de las más importantes pintoras inglesas del siglo veinte y Virginia es una figura notable de la literatura universal. Las experiencias sexuales infantiles que ambas han compartido con sus medio hermanos, quizás, determine la relación entre ambas, así como sus conductas. Ellas son amigas y confidentes y se complementan. Tiene una personalidad muy especial. Viven venciendo los prejuicios en una época de moral represiva. Las dos son lesbianas y buscan matrimonios con hombres que las comprendan y las quieran más allá de lo sexual. Vanessa mantiene un comportamiento sexual más libre que Virginia y su carácter resulta más espontáneo. Virginia es una poderosa intelectual que ha escrito narraciones de altísimo nivel, como «Al faro», «Las olas», «Orlando» o «La señora Dalloway», pero, también, una mujer apasionada. Sin embargo, está presa de la enfermedad mental. Acabará hecha pedazos.
Virginia es demasiado inteligente. Reconoce su demencia y sabe que sus crisis de angustia y depresión son, cada vez, más intensas. Se libera de todo eso. Va hasta el río cercano a su casa de campo, pone piedras en su ropa y se mete al agua a fines de marzo de 1941. Su cadáver es encontrado a mediados de abril de ese año.
Vanessa continúa con su vida. La sucesión de muertes y desgracias familiares la han acosado. Pero se mantiene firme, pinta y vive. Hasta que le falla el corazón y se muere veinte años después que su hermana, en 1961, mientras está en su casa.
Las fotografías, en orden descendente: Vanesa (izq.) y Virginia; Virginia; Vanessa; Virginia; Vanessa y Virginia (izq.).
Pingback: Historias de pasión, locura y muerte: Las hermanas Stephen o Virginia Woolf y Vanessa Bell