La secuencia del día: Nanuk, el esquimal

Por Tamara Moya.

 

La secuencia del día pertenece a la película de Robert J. Flaherty Nanuk, el esquimal (Nanook of the North, 1922). La importancia de este director radica en el hecho de que a él se debe la consolidación del documental como forma de entretenimiento. A él  también debemos atribuir el mérito de conseguir con la película documental que hoy nos ocupa, Nanuk, el esquimal, una recaudación como la de una película de ficción, ya que se trata del primer documental con tanto éxito del que tenemos constancia.

    Flaherty era un viajero que hacía misiones de exploración y en un momento dado recibe un encargo por parte de una empresa peletera (no cinematográfica) que le propone ir a una misión comercial. Para aquella misión Flaherty viajó hacia la Bahía del Hudson (Canadá), donde vivían los inuits (“los hombres verdaderos”). Y es de ahí de donde nace Nanuk, el esquimal. Pero este éxito le costó bastante, ya que Flaherty propuso el documental a varias grandes productoras de la época, que lo rechazaron. Finalmente, una empresa que tenía experiencia en documentales, Pathé, firmó un acuerdo con Flaherty y se hicieron de oro. Gracias a esto, años después realizaría Moana (1926), que se rodó en las islas del Pacífico Sur.

    A Flaherty lo que le interesaba eran las formas de vida arcaicas, y con sus películas llevaba a cabo una búsqueda del exotismo, mostrando al espectador lugares y costumbres que le resultaban muy lejanos. Para esta película Flaherty decidió tomar como protagonistas a Nanuk y su familia, y el tema de la misma no es más que las propias vicisitudes de su vida cotidiana. En esta secuencia rueda la construcción de un iglú, el cual es construido en menos de diez minutos. No obstante, aquí entran en juego aspectos relacionados con el realismo, ya que Flaherty, como en esa famosa escena de la caza de la foca, no duda en manipular la realidad para lograr determinados elementos. De esta manera, ese iglú que construyen no será el mismo lugar en el que se ruede lo que sucede en el interior, ya que se construyó un falso iglú, parcialmente abierto para que cupiese la cámara y para que entrase la luz suficiente para poder rodar. De igual modo, también hay una manipulación de los esquimales para que hagan puestas en situación que reproducen, eso sí, sus propias prácticas, pero que no realizan en ese momento.

 

 

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