La cortina de humo de Saint Laurent.
Por Minerva Santana.
Este conocido término de origen militar parece ser el nuevo negro de Hedi Slimane. Un humo provocado para impedir que el enemigo vea los movimientos propios y sirva para evitar que la gente vea lo realmente importante. Sembrar polémicas funciona, la frivolidad siempre vende pero queremos saber qué se esconde tras esta cortina de humo.
Desde que el nuevo director creativo se pusiera al frente de Yves Saint Laurent todo ha sido una sucesión de cambios acompañados de controversia. Cambios a los que a priori se les daba una oportunidad por la novedad y la expectativa de lo que pudieran llegar a deparar. Ha pasado un año de su nombramiento y la sombra de Yves empieza a alejarse más allá del logo. No se percibe consonancia con su creador, las páginas donde se suponía que se iba a «escribir un nuevo y prometedor capítulo para la historia de la casa» parecen seguir en blanco. No nos ha callado la boca con sus colecciones, sólo ha alimentado la crítica. La calidad y creatividad parecen estar en barbecho mientras un marketing lleno de caprichos, de un niño prodigio, da que hablar. Porque no paramos de preguntarmos cuál es la finalidad de esta apuesta, qué imagen se pretende dar con estas campañas, qué será lo próximo y hasta cuándo.
¿ Ellos saben lo que hacen ?
En teoría sí, están detrás de esta gran industria. Debe ser algo relacionado con números… Nos gustaría saber quién consume este neogrunge protagonizado por viejas glorias mediáticas y polémicas.
Marilyn Manson es el nuevo rostro elegido para su última campaña, no hablaremos de la evidente diacronía con Yves que estará retorciéndose en su tumba como muchos comentan. Lo único que tiene sentido de esta campaña es lo que une al cantante con el Saint Laurent de Hedi: la década de los noventa ( nada reinventada, por cierto ). Lástima la ausencia de Kurt Cobain, hubiese sido la imágen perfecta para esta oda al grunge que nos pretende colar. Igual de carismática o más, con la raya negra marcando la mirada y fundido en un eterno blanco y negro.
«Que hablen mal, que hablen bien… pero que hablen» , si esta es tu estrategia Slimane, centráte en algo que intensifique lo segundo y te aleje de lo anecdótico.
