Dylan / Lennon, dos genios unidos por la música, las letras y la hierba

Por Pere Francesch Rom y Jorge Salas / Muzikalia

 

Bob_Dylan-Tempest-TraseraBob Dylan no es un músico muy habituado a dedicar canciones a otros músicos, más allá de su gurú Woody Guthrie, pero en su última obra Tempest cierra el álbum con una pieza dedicada a John Lennon, “Roll on John”. “Shine your light, move it on, you burn so bright, roll on John“, canta Dylan en un tema de corte melancólico. Su relación fue especialmente intensa en los años 60. Ambos estarían destinados a cambiar la historia de la música y fue inevitable la mutua influencia.

 

-DYLAN, LENNON Y THE BEATLES: LOS ENCUENTROS-

 

48 años atrás, en la época de Beatles for Sale (1964) y Another Side of Bob Dylan (1964), The Beatles y Bob Dylan mantuvieron sus primeros encuentros en Nueva York. Era la época en la que en Melody Maker titulaban “A The Beatles le gusta Dylan”. La influencia que ejerció el segundo en los Fab Four fue más que notable, sobre todo en el caso de John Lennon. Dylan hacía poesía y auténtica literatura con sus composiciones, mientras que Lennon seguía cantando temas con letras muy naïf sobre el amor juvenil. Sin embargo, cada uno jugó su papel y cambió a su manera el modo de entender la música. Lennon contó que en 1964 no pararon de escuchar el primer disco de Dylan en las tres semanas que pasaron en París: “Dylan nos volvía locos”.

 

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Uno de sus primeros encuentros fue marcado por la marihuana. Todo comenzó con una anécdota graciosa cuando Dylan les dijo a los cuatro beatles lo mucho que le gustaba cuando en “I Wanna Hold Your Hand” cantaban “I get high” (alucino). Sin embargo, The Beatles cantaban inocentemente “I can´t hide” (no puedo ocultarme). “Vino corriendo y dijo: “Chicos, tengo una hierba fantástica”. ¿Cómo no va a caerte bien un tipo así? Bob creyó que estábamos acostumbrados a las drogas. Pasamos toda la noche fumando y riendo. Cada vez que sonaba nuestro teléfono lo descolgaba Bob y respondía. “Esto es beatlemania”. Fue realmente cómico”, contó Lennon.

 

Ringo Starr dijo que cuando conoció a Dylan en Nueva York fue la primera vez que fumó marihuana y no paró de reírse: “Fue fabuloso”. Paul McCartney admitió que aquella noche iba continuamente anunciando que había descubierto el significado de la vida y lo escribió en un papel. Al día siguiente leyó la nota y había escrito: “Existen siete niveles”. “Vale, quizás no resumiera el significado de la vida, pero lo pasamos de miedo”. Incluso en la fantástica película I´m not there, dirigida por Todd Haynes, hicieron una parodia de ese encuentro con los porros.

 

 

John bromeó que no se acordaba de lo que hablaron esa noche y recordó un episodio: “Estábamos en un hotel de Nueva York, Bob traía una copia cada vez que editaba un nuevo disco y dijo: “Eh, John, escucha la letra tío”. “¡Olvídate de la letra! Estamos todos flipados, ¿cómo quieres que nos fijemos en la letra? No, sólo escuchamos el ritmo y cómo suena”.  Para Al Aronowitz, periodista amigo de ambos y encargado de fijar la primera reunión, las presentaciones en el Delmonico de Park Avenue aquel 28 de agosto de 1964 fueron parecidas a “Billy El Niño y la banda de Jesse James actuando como tímidas niñitas”.

 

Ringo admitió que Dylan era el héroe de The Beatles: “Yo había oído hablar de él a través de John, que me había hecho escuchar sus discos. No sólo era genial, sino que era un tío joven que escribía unas canciones geniales. Unas canciones actuales, poéticas, con una actitud fantástica ante la vida”. Harrison, por su parte, no ocultó la pasión febril por sus primeros discos: “Creo que fue su segundo álbum el que oímos primero en febrero o enero de 1964. Estábamos en París en el teatro Olimpia y conseguimos una copia de Freewheelin, y lo gastamos de tanto oírlo. El contenido de las letras de las canciones y la actitud eran increíblemente originales y maravillosos”. McCartney también dijo que era su ídolo y que fue una influencia enorme para la banda: “Le admirábamos como poeta, y todos teníamos su primer álbum en el que aparecía con su célebre gorra. Estoy seguro que de ahí provino la gorra de Lennon. John le admiraba mucho tal como puede apreciarse en canciones como “You got to hide your love away””.

 

 

Mientras los británicos no dudaban en demostrar públicamente sus inclinaciones, Dylan ocultó al principio su fascinación por la música de los Beatles (la calificó de “facilota” ante su exnovia Suze Rotolo). Por supuesto, hay una leyenda reveladora al respecto del primer encuentro, a través de las ondas, de Dylan y los Beatles. Cuentan que Bob iba conduciendo por las solitarias y emblemáticas carreteras de Colorado cuando sintonizó una emisora local. Sonaba una la lista de las canciones más vendidas, y ocho de los diez temas eran de los Beatles. En ese momento, Dylan paró el coche, salió y comenzó a golpear eufóricamente el capó al ritmo de la música.

 

Dylan y Lennon tenían bastantes cosas en común. Habían nacido el mismo año. Los dos se habían iniciado en la música gracias a su fascinación enfermiza con el Rey (Elvis). Desde que tuvieron constancia de sus respectivas existencias, uno y otro desearon conocerse. Según Al Aronowitz, Lennon quiso retrasar el encuentro hasta “ser igual en ego” que Dylan: “sí, quiero conocerle. Pero pongo yo las condiciones”, dijo John.

 

En mayo de 1965, en el Mayfair de Londres y tras el concierto de Dylan en el Royal Albert Hall, se produjo otro de sus encuentros. Marianne Faithfull fue testigo. “Dylan entró en la habitación donde The Beatles estaban sentados, todos apretujados en el sofá, todos ellos fabulosamente nerviosos. Nadie dijo nada. Esperaban a que el oráculo hablara. Pero Dylan se limitó a sentarse y a mirarles como si fueran todos ellos completos desconocidos en una estación de ferrocarril”. La cantante también recuerda uno de los diálogos de aquella reunión entre Dylan y Lennon:

 

Lennon: “Una actuación preciosa, tío”.

Dylan: “No les gustó “It´s alright ma…””.

Lennon: “Es el precio de ir por delante de tu tiempo, ya sabes”.

Dylan: “Tal vez, pero sólo llevo 20 minutos de adelanto tal y como están las cosas”.

 

Otra reunión que mantuvieron en este caso The Beatles y Dylan fue, según cuenta Philip Norman en el libro John Lennon, un año después de ese encuentro con la hierba. Sin embargo, en esta ocasión la cita fue en el Hotel Savoy de Londres. Los Fab Four fueron con sus mujeres. A pesar de ello, el ambiente no fue tan cálido ni ´divertido´ como en Nueva York. Norman escribió que “desde su anterior encuentro Dylan había pasado de fumar marihuana a esnifar heroína, y durante aquel debut en Londres tuvo que pasar tres días en un hospital ´a causa de un resfriado´, según se informó”. Para que hubiera menos tensión, Dylan invitó al poeta beat Allen Ginsberg.

 

Un año después, en 1966, Lennon y Dylan volvieron a reunirse en Londres. De ese instante quedó constancia gracias al vídeo que muestra a los dos músicos en un coche prestado por los Stones camino de Weybridge a Londres. Mientras se ve a un Dylan hablando continuamente, John parece ciertamente incómodo y serio. Quién grabó esa escena, el fantástico documentalista D.A. Pennebacker, resaltó en su momento “la gran cantidad de teatralidad trivial” que había en cada reunión BeatlesDylan. “Cada segundo se disparaban una barbaridad de ingeniosidades muy en la onda cargadas de insinuaciones”, llegó a decir.

 

 

Fue en aquellos días, en mayo del 66, en los que John Lennon asistió, junto a sus compañeros del grupo, al concierto de Dylan en el Royal Albert Hall de Londres. El cantante norteamericano llevaba un año recibiendo continuos insultos en sus conciertos por cambiar de bando y pasar del folk a las eléctricas y el rock. Clinton Heylin contó en un libro sobre la gestación del Sgt. Peppers que los cuatro Beatles gritaron a los que abucheaban a Dylan para que le dejaran seguir. La amistad entre Lennon y Dylan crecía de manera exponencial; el inglés le llegó a invitar a su imponente casa de veintiuna habitaciones en Kenwood, donde nadie sabe con seguridad si llegaron a grabar alguna canción. Por cierto, tras esa visita, Dylan adquirió una mansión de 31 habitaciones.

 

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De todas esas reuniones se sacó en claro también que, si bien Dylan y Lennon se profesaron admiración mutua en su momento, con McCartney la cosa no fue tan rodada. La dualidad McCartneyLennon tenía también su ácida prolongación en Dylan. Paul no le caía tan bien como John. Cuenta Marianne Faithfull que en una ocasión, el norteamericano llegó a abandonar una habitación de hotel en cuanto McCartney entró y puso un acetato con su música. “La expresión del rostro de Paul era impagable”, dijo.

 

-DYLAN Y LENNON: UN LEGADO MUTUO-

 

Si bien en algún momento le restó importancia a sus letras (“no es lo que Dylan canta, es la forma en la que lo canta”), Lennon reconoció que se quedó pasmado al conocer a Dylan y que “You got to hide your love away”, del álbum Help! (1965), pertenece a su período Dylan. “Es una canción que uno puede cantarse a sí mismo. “Here I stand, head in hand…” Había empezado a pensar en mis emociones. No recuerdo exactamente cuándo comenzó, como “Hide your love away”, ese tipo de canciones. En lugar de proyectarme en una determinada situación, trataba de expresar lo que sentía sobre mí mismo, lo cual había hecho en mis libros. Creo que fue Dylan quien me ayudó a hacerlo”. Lennon llegó incluso a admitir la influencia del norteamericano en “A hard day´s night”, por mucho que luego le dieran “el toque Beatle antes de grabarlo”. Su influencia quedó también plasmada en la forma de cantar de Lennon, más nasal. En otra ocasión repitió que en la letra de “I´m a loser”, de Beatles for Sale, se vio influido por Dylan y no sólo por las letras más elaboradas sino también por el sonido.
Neil Aspinall, road manager y asistente personal de The Beatles, señaló en una ocasión: “A Dylan le gustaba decir cuánto habían aprendido los Beatles de él. Pero John siempre mascullaba: “También él aprendió algo de nosotros””. De hecho, Heylin dijo que a su parecer “Fourth Time Around” de Dylan era más que parecida a “Nowergian Wood”, de Lennon. De hecho, para muchos fue una parodia de la canción de los de Liverpool y si se atiende a la melodía que canta Dylan puede ver parte de la melodía ideada por Lennon.
En la época de Magical Mistery Tour y de temas como “Strawberry fields forever” o “I´m the walrus”, John señaló sobre las letras de las canciones que en aquella época escribía de forma poco clara, a lo Dylan, “nunca decía lo que quería decir sino que daba una impresión sobre algo, que más o menos podía interpretarse. Es un buen juego. Se ha hablado más de las letras maravillosas de Dylan, que de todas las otras letras. De las mías también. Pero eran los intelectuales los que interpretaban a Dylan y a The Beatles. Dylan escribía sobre el asesinato como si nada. Pensé: “Yo también sé escribir esa porquería””. Es imposible no ver, por ejemplo, la sombra de Dylan en temas tan críticos y acústicos de Lennon como “Working class hero”.
Tan importante fue Dylan para The Beatles, que los de Liverpool decidieron incluirle en la famosa portada del Sgt. Peppers con otras celebridades del momento y del pasado. Posteriormente se rumoreó que en las primeras ediciones del álbum John Wesley Harding (1967) se podían ver los beatles entre las hojas del árbol que está en la portada.

 

sgt-pepper_bob_dylanSea como fuere, Dylan fue muy crítico con la obra maestra de The Beatles, Sgt. Peppers: “No me gustó nada… Pensé que era un álbum muy indulgente; aunque las canciones eran muy buenas. No creía que fuera necesaria tanta producción (…)”. De hecho, se cuenta que su primera y espontánea declaración al respecto fue: “¡apaga esa porquería!”. Lennon cantaría también aquello de “I don´t believe in Zimmerman“, entre muchas otras cosas como Jesucristo o The Beatles, en el tema “God” y muchos años después también se reiría y mucho de los discos de Dylan cargados de fe cristiana como Slow Train Coming (1979). De hecho, John dijo que la voz era patética, las letras embarazosas y se rió muy en concreto de la canción “Gotta serve somebody”. Fue tras una actuación de Dylan en el Saturday Night Live cuando Lennon decidió coger su acústica y escribir su respuesta: “Serve yourself”. Un detalle macabro alumbra esa anécdota; al salir de su actuación en aquel Saturday Night Live, se fotografió a Dylan con un todavía anónimo Mark Chapman.

 

Dylan y Lennon nunca colaborarían musicalmente. El primero sí colaboró con George Harrison con quien mantuvo una relación de amistad estrecha. Dylan participó en el concierto de Bangladesh organizado por Harrison y años después colaborarían en el proyecto de The Traveling Wilburys.

 

Sean Lennon dijo en una entrevista para el libro de Philip Norman que su padre decía que Dylan le había enseñado a escribir en primera persona sobre su vida real, “pero Dylan nunca escribió una canción que revelase sus emociones de ese modo. Dylan siempre observaba las emociones de otras personas; es como si fuera un periodista, no anda diciendo si es bueno o malo, sólo articula algo que está en el aire y lo escribe. Ése era uno de los aspectos de la obra de mi padre, pero para mí no es el mejor”.

 

 

 

 

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