¿Sabías que…? Joan Crawford: La bella que inspiró a la Madrastra de Blancanieves
Por Helena Psijalis.
Tras el pelotazo cinematográfico basado en la figura de Blancanieves que hemos vivido en los dos últimos años (tres películas prácticamente consecutivas, incluida la de Pablo Berger) conviene hacer un poco de zoom en uno de sus personajes más fascinantes: la Madrastra.
Cruel, calculadora y dramática; cuando el estudio de Walt Disney diseñó los personajes para su nueva película de animación en 1936, inspiró el diseño de esta gran villana en una de las actrices en ciernes del momento: la carismática Joan Crawford, de expresiva mirada, pómulos marcados y una manera muy peculiar de pintarse los labios, exagerando sus contornos fuera de la línea natural: aquel rostro fue un modelo inequívoco para las tendencias de maquillaje durante los años 30 y 40.
Joan Crawford, una de las actrices más talentosas, prolíficas y que más años aguantó en la gran pantalla (reinventándose hasta el infinito) también tenía algo de villana: según las malas lenguas se dedicó a hacerle la vida imposible a Norma Shearer, la esposa del productor Irving Thalberg y por tanto «enchufada de oro» de la MGM. Joan se quejaba de que En «Mujeres» (The Women, 1939) Norma siempre la obligaba a cambiarse de ropa porque los vestidos que le habían asignado eran «demasiado llamativos». De paso se encargaba de boicotearla y menospreciarla.
También tuvo sus rencillas más adelante con Bette Davies en ¿Qué fue de Baby Jane? (What Ever Happened to Baby Jane?, 1962) pero su fuerte carácter no impidió que se convirtiera en una de las mayores actrices que ha dado la historia del cine. Como dijo ella misma: «If you want to see the girl next door, go next door». Sencillez, ¿para qué?