Sir Bobby Charlton, un genio marcado por la tragedia
Por: Ana M. Badía
El mundo del fútbol está repleto de leyendas, de jugadores que dejan huella en la memoria de todo aficionado que con nostalgia recordará las veces que ese genio le alzó del sofá para celebrar un gol, le sacó la sonrisa con un regate y le hizo llevarse las manos a la cabeza ante una ocasión perdida.
Sir Bobby Charlton es una de esas leyendas, un jugador que marcado por la tragedia de un accidente aéreo, hizo de su carrera un legado y un ejemplo no solo para el fútbol inglés, sino también para el fútbol mundial.
Con tan solo 17 años, Bobby Charlton firmó su primer contrato con el Manchester United, a los 19, el jugador ya era parte del primer equipo. Y es que el por entonces jefe de ojeadores de los diablos rojos, Joe Armstrong, no se equivocó al despertar el interés por el talento de un niño que destacaba en un pequeño equipo de colegio en Northumberland, al norte de Inglaterra.
Las pujas por el joven prodigio llegaron pronto, pero Charlton tenía claro que sus servicios irían a Old Trafford, estadio que él mismo nombró “Teatro de los sueños”, y donde años después forjaría su leyenda.
Su velocidad y versatilidad en el terreno de juego le hicieron hueco en el equipo de Matt Busby, donde creció como extremo zurdo y consolidó su posición en el interior del campo. Con una técnica envidiada y una facilidad extraordinaria para organizar el juego de su equipo, Charlton fue derivando hasta convertirse en el pivote ofensivo del once, organizando el ataque y repartiendo pases milimétricos por todo el terreno de juego.
En su primera temporada en el United, Bobby marcó 10 goles en 14 partidos, tantos que ayudaron al equipo a alzarse con el campeonato de Liga y que le consolidaron como jugador revelación del club.
Tras ello, una final de Copa de Inglaterra y una semifinal de Copa de Europa, parecían anunciar logros más importantes, pero entonces la tragedia golpeó al equipo. En 1958, el conjunto de Matt Busby sufrió uno de los golpes más duros que el deporte rey ha vivido en toda su historia, un accidente aéreo en el aeropuerto de Munich que terminó con la vida de 23 personas.
Sucedió el 6 de febrero de 1958, cuando el United volvía a casa tras clasificarse para las semifinales de la Champions League. El empate a 3 ante el Estrella Roja de Belgrado, dejaba la eliminatoria en 5-4 para los ingleses, que se enfrentarían al Milan en la siguiente ronda.
El vuelo 609 de la British European Airways procedente de Belgrado haría parada en Munich para cargar combustible antes de continuar su camino a Inglaterra. Con una hora de retraso, debido a que el jugador Johnny Berry perdió su pasaporte en la por entonces Yugoslavia, llegó a la ciudad alemana y tras prepararlo todo intentó reanudar el viaje. Por dos veces el avión vio frustrado su despegue, el viento y el hielo que bañaban la pista dificultaban la maniobra. Finalmente, al tercer intento, el avión no pudo remontar el vuelo y se estrelló en una casa sin habitantes en las tierras colindantes al aeropuerto.
En el accidente murieron 23 personas, ocho de ellas jugadores estrella del United.
Bobby Charlton fue uno de los supervivientes.
“Mi carrera es milagrosa porque cuando ocurrió el accidente de Múnich fui lanzado fuera del avión. Me pasó poca cosa. Una pequeña contusión, unos pocos arañazos y eso fue todo. Cuando ves todos los chicos que murieron allí… eso es tener suerte”, afirmaba años después.
El avión partió en dos la historia del club, unos murieron, pero otros se volvieron inmortales. Tras la tragedia, el entrenador Matt Busby colocó a Charlton a la cabeza. Con apenas 20 años, el jugador promesa del United se convirtió en la base de un equipo que con juventud y talento estaba dispuesto a devolver la gloria a los diablos rojos y arrebatar la supremacía del Real Madrid en Europa.
Leyenda del fútbol inglés
Bobby Charlton junto a Harry Gregg y Bill Foulkes, fueron los encargados de levantar al United junto a David Herd, Albert Quixhall y Dennis Law, fichajes a los que se les sumó en 1964 George Best. Con ellos, Busby conquistó, 10 años después del accidente aéreo, la Copa de Europa convirtiéndose en el primer club inglés en lograrlo.
“El partido que mejor guardo en mi memoria es la final de 1968 contra Benfica, en Wembley”, declaró Charlton en entrevistas posteriores.
Por entonces Bobby era ya una leyenda que había alcanzando su máximo en 1966, cuando se hizo con el Mundial de Inglaterra venciendo a la Alemania de Beckenbauer en la final.
Con el Manchester también ganaría dos Ligas, 1965 y 1967, antes de que el club iniciase un declive que acabaría con su descenso en 1974.
Sus años como jugador le valieron a Charlton para que la FIFA le nombrara mejor jugador inglés de todos los tiempos y uno de los mejores futbolistas europeos del siglo XX.
En Old Trafford, el inglés es aún el segundo jugador con más partidos disputados con la elástica de los diablos (758) y el que más goles cuenta en su haber, 259 en total.
En 1973, y tras su paso por el Preston North End, un pequeño club del noreste de Inglaterra donde combinó su faceta de jugador con la de entrenador, decidió colgar las botas y organizar el juego esta vez desde los despachos. Tras fundar varias escuelas para jóvenes futbolistas, Charlton accedió a la Junta Directiva del Manchester United en 1984 y a la Comisión del Fútbol de la FIFA.
Sir Bobby Charlton, el hombre para el que “un día de fútbol es como el día de Navidad para los niños”, disfrutó de su carrera e hizo disfrutar a su público, que le mantiene en su memoria como una de las leyendas vivas del United, un jugador que tras la tragedia maravilló para convertirse en mito.
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