El problema de las dietas

El problema que solemos encontrar con las dietas es que necesitamos una gran constancia para conseguir unos buenos resultados, pero una de dos, o la acabamos abandonando, o cuando la finalizamos por haber conseguido nuestros objetivos, volvemos de nuevo a nuestras viejas costumbres. Esto hace que en poco tiempo recuperemos nuestro sobrepeso y no tengamos fuerzas para volver a repetir todo el proceso.

El problema radica en que las dietas pueden utilizarse como apoyo, pero no son la solución en sí a nuestros problemas de exceso de peso.

Por ello, lo más adecuado y que debemos considerar si queremos olvidarnos de este problema para siempre es el cambio en nuestros hábitos alimenticios además de dejar de lado, en la medida de lo posible, la vida sedentaria.

Por ello vamos a crear un equilibrio perfecto en la ingesta de todos los nutrientes, carbohidratos, proteínas, fibras, lípidos, minerales, vitaminas y enzimas haciendo uso de la Dieta Mediterránea.

Características de la Dieta Mediterránea

En primer lugar tenemos que considerar que una dieta equilibrada pasa por consumir una gran cantidad de fruta y vegetales  así como derivados. Esto incluye la fruta, la verdura, el arroz, los cereales, la pasta, las patatas, las legumbres y el pan.

Otro consejo muy importante es que tenemos, en la medida de nuestras posibilidades, que consumir los alimentos de temporada en estado natural.

Nuestra grasa principal tiene que pasar a ser el aceite de oliva, al ser posible virgen extra, y cada día consumiremos una cantidad adecuada de derivados lácteos  como el yogur y el queso.

Cada semana tendremos que consumir tanto pescado (al ser posible azul) como aves y huevos. Lo repartiremos de la forma más cómoda posible, alternando. Sin embargo, la carne roja deberemos consumirla tan sólo alguna vez al mes, pero no dejarla de lado nunca.

La miel, los frutos secos y las aceitunas (u olivas) tienen propiedades fantásticas, por lo que deberemos consumirlas también con moderación.

Medio o un vaso de vino diario puede aportarnos un gran beneficio. Eso sí, nunca deberemos excedernos, y siempre es recomendable consumirlo acompañado de comida.

La sal cuenta con algunas propiedades negativas, por lo que puede ser una buena idea sustituirla por hierbas aromáticas. No obstante tampoco hay que eliminarla por completo de nuestra dieta.

Si creamos una dieta equilibrada a partir de estos alimentos, veremos que con el tiempo no sólo gozaremos de mejor salud, sino que los kilos de más irán desapareciendo, lentamente, pero para siempre.

Fuente: Todo Belleza