Ceremonias
Por Arianne Martín
En Bali las ceremonias son tan habituales que no son nada “ceremoniosas” . Uno se pregunta si será capaz de ver alguna de esas famosas escenas tradicionales de las que todo el mundo habla. Y claro uno imagina lo que debe de pensar un extranjero si viene a España en busca de un espectáculo taurino o flamenco… pues o pagas por ello o no esperes que nadie se vaya a soltar por faralaes así en la esquina de la calle…
Pues en Bali si. No hace falta ir en busca de las ceremonias, ya se encargan ellas de buscarnos. Porque aquí las ceremonias ocurren con la habitualidad con que se cocina el pan nuestro de cada día. Para empezar, tres veces al día: las mujeres ataviadas con sus bonitos y muy femeninos trajes de ceremonia, son las encargadas de poner las ofrendas (hechas a mano) a Dioses y demonios. Estas son digamos las ceremonias básicas, y en cualquier momento veremos a las mujeres agachadas poniendo la ofrenda a los demonios (que siempre van en el suelo), o en pie, haciendo lo mismo con los Dioses…
Las ceremonias semanales o quincenales, para honrar la luna llena y nueva, también son sencillas de ver: basta con estar en la isla 15 días y alguna de las dos nos tocará seguro… ¿Y cómo saberlo? Muy fácil: todos los hombres, niños y mujeres de repente se visten de blanco puro y transitan las carreteras, ellas con las cestas llenas de ofrendas en la cabeza, ellos con el tradicional udeng, una especie de corona, que tanto les caracteriza.
Después están las ceremonias que se realizan en la intimidad de cada casa. Para asistir a una de estas tendremos que haber conocido primero a algún local… aunque tampoco es raro que nos hagan llegar una invitación así sin más: un cumpleaños, una boda, el aniversario de la construcción de una casa, los 3 meses de nacimiento, los 6 meses (fecha que marca el fin de la época de transición entre el más allá y el aquí),…. De entre todas estas la más curiosa es la de la ceremonia del “afilado de colmillos”. No, no es una metáfora, es literal: los balineses han de lijarse los colmillos, idealmente durante la pubertad, como símbolo de su renuncia a los instintos animales que aún conservamos los hombres, y que al parecer se reflejan en los colmillos: cuanto menos afilados menos agresividad mostrará una persona adulta.
Luego están las fechas señaladas en el calendario Balines, para honrar a los Dioses Hindúes, para celebrar el año nuevo, o Galungan y Kuningan, la fiesta por antonomasia de la isla: durante 7 días, dos veces al año, los ancestros muertos y cremados regresan a la isla a visitar a la familia… así que hay que ser hospitalario y seguir la tradición: cocinar plátanos, hacer ofrendas, matar un cerdo o una tortuga, visitar a la familia…y ¡sólo el último día hay fiesta!
Pues ya veis, los balineses se deben ante todo a sus Dioses y a sus Demonios, a sus ancestros y a sus tradiciones, por tanto su principal responsabilidad es mantener contentos a todos para evitar que se enojen y provoquen un terremoto o algún otro desastre. Por eso ningún balinés que se precie faltará a las ceremonias, antes faltan al trabajo, ¡y no es coña! Si no que se lo pregunten a los muchos empresarios que han decidido optar por contratar a javaneses para sus negocios en Bali,… porque estos al menos se sabe que se van un mes a casa por Ramadán…en cambio los balineses están a merced de los Dioses y Demonios…
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