Lo mejor de la Alta Costura
Tras la propuesta de la esperada Dior, lo que dió de sí la semana de la Alta Costura parisina pasó por un Chanel que siempre crea expectación pero más por ambiente que por prenda. La característica lana brillaba de día y los hombros marcados, se mezclaron con plumas y el estampado florido, tan presente durante la semana. Modelos con aire melancólico deambuleaban por el bosque que se había creado como escenario. «No hay nada más elegante que un cierto tipo de melancolía» declara Lagerfeld. La ausencia de belleza en sus zapatos empieza a ser un sello del diseñador que cerró el desfile con dos novias y su ahijado como protesta a la polémica sobre los matrimonios homosexuales que se vive en Francia.
Chanel.
Stephane Rolland presentó una colección digna de mención, centrada en un binomio de blanco y negro exquisito. Donde los volantes y formas estructurales tuvieron un gran protagonismo, como las capas, elemento que también utilizaron de manera sublime Valentino. Se dejaron ver algunos delicados y sutiles bordados que adornaron prendas en su mayoría limpias donde los pantalones y monos tuvieron cabida entre vestidos con espectaculares volúmenes. También tuvo un cierre a destacar, y es que terminar un desfile con la carismática modelo, vestida de impoluto blanco, Carmen Dell’Orefice fue la guinda del pastel.
Stephane Rolland.
Armani Privé y Jean Paul Gaultier compartieron paletas de colores traidas de oriente y el gusto por diversas culturas. El primero apostó por coger referencias de varias culturas y hacerlas contemporáneas, como él dice. Y seguir con su tendencia de dar presencia al pantalón en la Alta Costura, esta vez de seda mikado, tejido que utiliza en toda la colección. No faltaron detalles como pequeños bastones inspirados en los imperios asiáticos que anudaban varias prendas a modo de torniquete y sombreros negros que acompañaron en todo el desfile. Gaultier nos trasladó a la India, en un colorido desfile sin dejar atrás sus emblemáticas rayas y cerrando con una espectacular falda que escondía en su interior a cuatro niñas hindúes. Un alegre guiño para dar protagonismo y apoyo a lo que actualmente viven las mujeres en la India.
Elie Saab sigue poniendo su vista a la alfombra roja, pero esta vez no con tanta fuerza. Se mantiene en colores neutros, pasteles con algún que otro vestido en rojo y negro. Bordados sobre delicadas transparencias, ausencia de grandes aberturas en faldas combinó el largo con midi, utilizando también la capa en alguna de las salidas.
Y llegó Valentino, y la semana cobró más sentido. Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli quisieron mostrar el encanto de lo artesanal. Y es que como expresa Chiuri: «La alta costura debe ser mágica» , con esta premisa surge la seducción sin olvidar las horas de intenso trabajo. Los diseñadores hicieron hincapié en sus notas lo que se esconde tras esta laboriosa tarea. También estuvo presente la naturaleza en esta colección mediante filigranas en los bordados, delicados encajes y organzas pintadas a mano. Espectaculares capas que cubrían vestidos de ensueño a modo de jaula. La pareja no se recreó en los estampados, aunque no faltaron los motivos florales, pero hubo lugar para vestidos limpios con estructuras más rígidas con capas añadidas. Los largos competían con delicadas faldas evasé, las sutiles transparencias daban ligereza a ciertos vestidos y los zapatos iban en perfecta consonancia con el look como un efecto camaleónico. No falló el carismático rojo, que muchos incluyen en sus colecciones, pero que en Valentino tiene otro cariz.
Valentino.
Texto: Minerva Santana.
Fotos: style.com
Pingback: Acaba la semana de la Haute Couture. | Entretantomagazine