Un hotel de hielo efímero que se construye cada año
Cada año, diversos artistas y diseñadores son seleccionados para construir durante los meses de noviembre y diciembre una ‘nueva versión’ de Icehotel — el hotel de hielo más grande del mundo — una edificación efímera en la siguiente primavera estará condenada a derretirse en su totalidad para dar paso, un año más, a un nuevo y original rediseño de la totalidad de sus instalaciones.
Situado en la pequeña localidad de Jukkasjärvi, al norte de Suecia y a escasos 200 kilómetros del Círculo Ártico, Icehotel es posiblemente uno de los mejores ejemplos de personificación de la arquitectura efímera y temporal. El primer y mayor hotel del mundo construido a base de hielo y nieve es una obra de arte habitable, que cada año adquiere una nueva forma.
Una verdadera obra de arte multidisciplinar que cada temporada es visitada por más de 30.000 personas, de las cuales unas 15.000 deciden alojarse en sus ‘Art Suites’ y disfrutar además de sus salones, pasillos, habitaciones, camas, sofás y armarios construidos exclusivamente a base de hielo.
Todo comenzó con un iglú
Icehotel comenzó como un taller y exposición de arte, una iniciativa promovida por su fundador, Yngve Bergqvist, en 1989, cuando decidió invitar a determinados artistas a participar en un ‘workshop’ dirigido por dos escultores de hielo japoneses. El primer proyecto que vio la luz fue un iglú de 60 metros cuadrados, al que llamaron ‘Artic Hall’.
En los siguientes años, el iglú original creció hasta alcanzar los 250 metros cuadrados. La técnica y el producto final llamaron la atención muy favorablemente y fueron usados como base para ampliar con una serie de servicios como una iglesia, una sala de cine y un bar.
La técnica fue patentada y muy pronto los invitados comenzaron a quedarse allí durante la noche. Ahora, dos décadas más tarde, Icehotel sigue operando gracias a la originalidad de una experiencia única y a la maestría de la obra de arte que supone en sí mismo el propio hotel.
Dormir en sacos, sobre una piel de reno
Los servicios ofrecidos incluyen el acceso a la cercana zona del Círculo Ártico, las inigualables vistas de la Aurora Boreal, una estancia ‘cálida’ y el Icebar, entre otros. Los huéspedes duermen en sacos de dormir sobre pieles de reno y edredones que cubren los bloques de hielo. La dirección asegura que la temperatura de las habitaciones nunca bajará de los ocho grados, lo que proporciona únicamente el aislamiento necesario para evitar que el hielo se funda.
El hotel dispone de 47 habitaciones y cierra todos los años a mediados de abril, cuando el hielo comienza a derretirse dejando la superficie limpia hasta el año siguiente y devolviendo las edificaciones en forma de agua al río Torne.
Incluso usando, como ya hacen, todos los materiales naturales posibles y únicamente el trabajo artístico y la mano de obra humana, los promotores hacen un importante esfuerzo para que Icehotel siga dando resultados negativos en cuanto a emisiones de CO2, incorporando el uso de energías renovables como el viento, el agua, la energía solar y los biocombustibles.
Fuente: Diario de Gastronomía
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