Tres conciertos en “Música en domingo” este mes de enero
EL MISMO CONCIERTO SE REPITE AL DÍA SIGUIENTE, LUNES, EN“CONCIERTOS DE MEDIODÍA”
La Fundación Juan March ha organizado para este mes de enero tres conciertos, a las 12:00 horas, dentro del formato Música en Domingo; a la misma hora, con los mismos programas e intérpretes, se ofrecerán al día siguiente, lunes, en los habituales Conciertos de Mediodía.
*DOMINGO 13 Y LUNES 14
Recital de guitarra
Carles Herráiz, guitarra
Obras de F. Sor, F. Tárrega, F. Moreno Torroba, J. Pablo Polo, J. Rossinyol, Q. Sinesi y A. Ginastera
Este recital recorre la música para guitarra desde el siglo XIX hasta el XXI. Así, comenzaremos escuchando música de Fernando Sor, quien desarrolló una exitosa carrera como compositor a finales del siglo XVIII y principios del XIX por toda Europa. Este carácter cosmopolita se manifiesta en sus Variaciones sobre un tema de “La Flauta Mágica”, probablemente compuestas en Londres y estrenadas en París en 1826, a su regreso de Rusia. Como Sor, Francisco Tárrega difundió la música para guitarra por toda Europa. Sueño, una preciosista miniatura musical, se abre con unos densos acordes que dan paso a una melodía en el registro medio y conducen hasta la parte central de la pieza, consistente en un virtuosístico estudio sobre el trémolo.
En el siglo XX, la música para guitarra también ocupa un lugar central en la producción de autores como Moreno Torroba, quien la veía como un medio con el que articular una identidad nacional de naturaleza tradicionalista. En su neoclásica Sonatina convergen la tradición castellana y las formas musicales más clásicas. Destaca su primer movimiento, de cuidada simetría, en donde la exposición, el desarrollo y la recapitulación tienen la misma extensión. La Sonata para guitarra, de Alberto Ginastera, data del año 1976, cuando el compositor residía en Ginebra. En el primer movimiento, Ginastera explora las posibilidades rítmicas a través de recursos como percutir el puente de la guitarra con el pulgar. El enérgico “Scherzo” da paso al tercer movimiento, de carácter lírico. Al igual que en otras obras del mismo periodo, Ginastera manifiesta la nostalgia de su país natal mediante la utilización de ritmos folclóricos (en este caso, el malambo) que aparecen en el “Finale”. La tradición argentina también aparece en la música del bonaerense Quique Sinesi quien, en El Abrazo, utiliza una afinación en scordatura para desarrollar una partitura minimalista que no renuncia al virtuosismo.
El recital se adentra en el siglo XXI con dos obras recientemente estrenadas. Con respecto a Les ones, el mar, el blau, Jordi Rossinyol asegura que decidió ceñirse a la afinación habitual de la guitarra para explorar los caracteres musicales que vienen sugeridos por el propio instrumento, investigando las capacidades que ofrecen los armónicos naturales de la guitarra y su relación con referencias externas (las olas, el mar, el azul). En Second, José Pablo Polo otorga primacía a la ordenación del material de acuerdo con criterios temporales. El título de la obra hace referencia a la polisemia del término segundo, que es a la vez una unidad temporal y una ordenación numérica.
Carles Herràiz estudió guitarra en el Conservatorio de Badalona y en el Conservatorio Superior Municipal de Barcelona. Ha recibido clases de Sebastián Villalta, Vicenç Mayol, José Tomás, David Russell, Álvaro Pierri, Rafael Cañizares, Manuel Barrueco, Leo Brower, Gerardo Arriaga, Elliot Fisk, Armando Marrossu, Manuel Estévez, Demetrio Ballesteros y Pepe Romero, entre otros.
Ha sido galardonado en diferentes concursos nacionales e internacionales, como el Concurso del Festival de Guitarra de Zarautz (1993), el Concurso del Festival Internacional de Música Martín Códax (1997), el X Concurso de Guitarra de Cantabria (1997), Concorso Internazionale di Chitarra Emilio Pujol (1998), Concorso Internazionale Città di Mottola (1998) y Concurso Internacional del Festival de guitarra Andrés Segovia (1999) de Granada. Asimismo, ha obtenido el premio especial del jurado en el V Festival Internacional Musiquem Lleida (2010). Ha sido invitado a impartir clases en lugares como Santander, Gran Canaria, Madrid, Barcelona, Lleida o Guadalajara (México).
Compagina la actividad didáctica como profesor del Conservatorio de Lleida con la concertística, colaborado con diferentes grupos de música de cámara y orquestas sinfónicas. Forma dúo con el violinista Gonzalo Jaubert y es miembro del grupo Barcelona Guitar Ensemble. Entre los compositores que le han dedicado algunas de sus obras figuran Carles Guinovart, Jordi Rossinyol, Josep Pascual, Nino Díaz, Delfin Colomé o José Pablo Polo.
*DOMINGO 20 Y LUNES 21
Recital de música de cámara. Trío para clarinete, viola y piano
David Salinas, clarinete; Iwona Andrzejczak, viola; y Duncan Gifford, piano
Obras de M. Bruch, R. Schumann y W.A. Mozart
Este programa nos brinda la rara oportunidad de disfrutar con un conjunto instrumental poco habitual, el trío para clarinete, viola y piano, a través de tres de las obras más representativas que se han escrito para esta formación. El sonido suave y aterciopelado de los timbres y el equilibrio de los registros en un mismo plano hacen que las tres obras discurran en una misma atmósfera auditiva, a pesar de sus diferencias estilísticas. Se trata de un recorrido cronológico en sentido inverso, puesto que las dos primeras partituras están claramente inspiradas en el Trío nº 4 de Mozart.
Las Ocho Piezas Op. 83 de Bruch, de las que aquí se recogen tres, están concebidas como miniaturas individuales y el propio Bruch prefería que no se interpretasen como una colección completa. En primer lugar escucharemos un “Andante” que arranca con el estilo de una marcha fúnebre convirtiéndose poco a poco en un suave cantábile. A continuación, un “Allegro con moto” de gran intensidad en carácter y sonido que termina relajándose al cambiar a modo mayor y, finalmente, un enérgico “Allegro vivace” con toques de danza italiana, la única pieza completa en modo mayor de toda la colección.
Los Märchenerzählungen (Cuentos de hadas) son una nueva inmersión de Schumann en el universo mágico de las viejas leyendas alemanas y representan la afición del autor por los mundos fantástico y literario, aunque no esté documentada aquí ninguna descripción programática. El primer movimiento, “Vivo, no rápido”, es una pieza delicada que comienza con una melodía muy lírica en la viola, acompañada con unos arpegios del piano en staccato. Estos dos elementos serán reincidentes en toda la obra, pues aparecen de forma variada en el resto de movimientos: uno vivo, seguido del tercero, el único de tempo sosegado, para cerrar con otro movimiento veloz.
El Trío nº 4 de Mozart pertenece a una época de dificultades económicas que obligaron al compositor a pasar una temporada en casa de unos amigos, los Jacquin. Allí compuso este trío, llamado “de los bolos” en homenaje al juego favorito de la familia, que estrenó con la joven Francesca en el piano y el célebre clarinetista Anton Stadler, inspirador de su concierto para clarinete. Es fácil, por tanto, imaginar la atmósfera cálida y amistosa que acompañaba el diálogo de los tres instrumentos. Mozart renuncia aquí al brillo del virtuosismo y a los tiempos contrastados, consiguiendo tres movimientos de carácter muy próximo el uno al otro, en buena medida porque los tres instrumentos se mantienen siempre en la tesitura central.
David Salinas se forma en los conservatorios de Bilbao, Niza y Rotterdam. Ha obtenido, entre otros premios, el Harmonie Prix, el De Doelen Jonge Solisten y el Araba Fenice del Festival Internacional de Música del Mediterráneo. Ha sido becado por la Diputación de Vizcaya y por las Fundaciones Schuurman Schimmel van Outeren y Dorrie Stoop. Ha actuado como solista en numerosas salas españolas y extranjeras, y ha estrenado composiciones de Isabel Urrutia (Gorabeherak) y Luis de Pablo (Solo-Kunst).
Iwona Andrzejczak nació en Polonia y estudió con Stefan Kamasa en la Academia de Música Fryderic Chopin de Varsovia, obteniendo el premio del Concurso Nacional de viola Jan Rakowski. Ha formado parte de la Filarmónica Nacional, el Grazyna Bacevicz Quartet y la Camerata Vistula, y ha actuado en Estados Unidos, Japón, Australia, Nueva Zelanda, América del Sur y Europa. Desde 1989 es viola solista en la Orquesta Sinfónica de Bilbao, e imparte clases en el conservatorio de Leioa.
Duncan Gifford estudió en Sydney con Margaret Hair, en Moscú con Lev Vlassenko y en Madrid con Joaquín Soriano. Ha obtenido el primer premio del Concurso Internacional José Iturbi (1998) y el Gran Prix Maria Callas de Atenas (2000). Ha realizado conciertos en Europa, Asia y Estados Unidos (incluyendo el Carnegie Hall), y ha actuado junto a orquestas de España, Austrailia, Italia, Irlanda, Canadá y Rumanía.
*DOMINGO 27 Y LUNES 28
Recital de piano
María Martínez Alvira, piano
Obras de F. Chopin, F. Liszt, C. Debussy y S. Prokofiev
Fryderyk Chopin, llegaría a afirmar sobre sus valses: “Yo no poseo lo que hace falta para escribir valses vieneses”. Y Schumann, refiriéndose a los Valses Op. 34 del polaco (de los que escucharemos uno), diría que “son valses para las almas, más que para los cuerpos”. Los valses de Chopin son miniaturas de carácter sentimental y esencia clásica. Tal es el caso los Valses Op. 69, obras de juventud aunque publicadas póstumamente. A diferencia de lo que sucede con Chopin, las obras de Franz Liszt casi están siempre marcadas por las referencias literarias. Es esto lo que ocurre en los “Sonetos de Petrarca”, pertenecientes al segundo libro del ciclo Años de Peregrinaje, correspondiente a Italia, y de los que se escucharán dos. El Soneto 104 describe el desasosiego de un texto que comienza diciendo “No encuentro paz y no he de hacer la guerra”, toda vez que el Soneto 123 aparece caracterizado por la elevación y la plenitud reflejando las palabras “Vivo sobre una tierra de imágenes angélicas y una beldad celeste”.
Con los 24 Preludios, Claude Debussy introduce al piano en el mundo del Simbolismo: texturas etéreas, estructuras en mosaico, influencias orientales, formas miniaturísticas, evocaciones… El compositor situó los títulos al final de cada uno de los preludios, para que el intérprete pudiera descubrir sus impresiones sin estar condicionado por las ideas del autor. Si en “La fille aux cheveux” de lin (“La muchacha con los cabellos de lino”) las escalas modales y pentatónicas evocan elementos celtas, en “La sérénade interrompue” (“La serenata interrumpida”) son las armonías modales, el ritmo de jota y los rasgueos los que evocan un ambiente español. Finalmente, el título de “La catedrale engloutie” (“La catedral sumergida”) hace referencia a una leyenda bretona, reflejada musicalmente en la célula de tres notas que protagoniza la pieza, y que tiene resonancias medievales.
Sergei Prokofiev compuso Romeo y Julieta como ballet. Sin embargo, las dificultades para su estreno le llevaron a escribir una suite orquestal y esta suite para piano en diez movimientos, de la que se escucharán tres. Aunque estas suites se estrenaron con gran éxito en 1936 y 1937, el ballet no pudo estrenarse hasta 1938, en Brno. El estreno soviético de la pieza se produjo, al fin, en 1940, en Leningrado (actual San Petersburgo). Se convirtió entonces en una pieza paradigmática del repertorio neoclásico contemporáneo, obteniendo, además, una amplia repercusión internacional.
María Martínez Alvira nace en Madrid, donde comienza sus estudios musicales con Menchu Rubalcaba y Leonor López Cossani, para continuarlos con Mar Gutiérrez, Encarnación Fernández, Ana Guijarro, Emilio Molina y Esperanza Aldana. Becada por la Comunidad de Madrid, se traslada a Londres y obtiene el Diploma de Postgrado en Interpretación en el Trinity College of Music con Ilana Davids. Realiza cursos de perfeccionamiento con Manuel Carra, Julián López Gimeno, Galina Egyazarova, Peter Bithell, Ilze Graubina, John O’Conor, Mikko Korhonen, Claudio Martínez Mehner, Suzanne Bradbury, Paul Badura-Skoda y Josep Colom, y continúa estudiando con Nino Kereselidze.
En octubre de 2006 hace su presentación en el Auditorio Nacional de Música de Madrid junto a la Orquesta Sinfónica de la Universidad Complutense y bajo la dirección de Pilar Alvira. Es funcionaria de carrera del Cuerpo de Profesores de Música y Artes Escénicas en la especialidad de piano.