La falsa jungla de las marcas cosméticas

 Por Adolfo David lozano

 

 

Olay, Origins, MAC, Bobbi Brown, Estee Lauder, Clinique, Biotherm, Lancome, Clarins... Ir a comprar a tu perfumería cada vez se parece más a un duro test donde tu capacidad de decisión se pone a prueba entre tal miríada de marcas, por no decir de productos. Pero tal marea de líneas y marcas es en el fondo una sabia estrategia de marketing. Marear al consumidor es una manera de confundirle, y un consumidor confuso es más susceptible de caer en los lugares comunes de las publicidades y promesas. Pero cuando vayas la próxima vez a tu perfumería, ten en cuenta que esta sobreabundancia de marcas tiene mucho de comercial, pues realmente (algunas marcas citadas no se venden en España):

 

Estée Lauder posee Clinique, Bobbi Brown, Darphin, La Mer, Origins, Aramis for Men, MAC, Aveda, Good Skin, Bumble & Bumble, Jo Malone, American Beauty, Ojon, Prescriptives y Flirt.

 

L’Oreal posee Maybelline, Lancome, Helena Rubinstein, Biotherm, Vichy, Biomedic, La Roche Posay, Kiehl’s, Giorgio Armani, Redken, Skin Ceuticals, Sanoflore y BioMedic. Y recientemente también Yves Saint Laurent.

 

Procter&Gamble posee Max Factor, Olay, Clairol, Pantene, SK-II, Ivory, Noxzema, Gillete y Cover Girl.

 

Johnson&Johnson posee Neutrogena, Aveeno, Clean&Clear, Roc y Lubriderm.
Aquí se encuentra parte de la razón de por qué casi toda marca tiene productos muy buenos y productos pésimos, independientemente de los precios. Así que, si eres fiel seguidor de una marca, deja de serlo. No tiene sentido. Ellas no son fieles a ti.

 

 

 

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