Pedraza y la Noche de las Velas
Por Javier Alonso Ezquerra
Cae el sol y surge la noche. Lo hace de forma pausada, sin inmutarse por lo que está a punto de suceder. Mientras, miles de personas en Pedraza (Segovia) se preparan para disfrutar de uno de los acontecimientos más espectaculares que nos ofrece el inicio del verano, la Noche de las Velas. Una manera original y sorprendente de descubrir el interior de nuestro país y vivir una velada llena de luz, magia y misterio.
Situado a unos 150 km de Madrid junto a la Somosierra, esta localidad amurallada de 500 habitantes ve como su población se multiplica considerablemente debido a esta singular celebración. Organizada por la Fundación Villa de Pedraza, La Noche de las Velas tiene lugar los dos primeros sábados del mes de julio en esta pequeña localidad segoviana, desde hace 20 años. Su objetivo principal es fomentar el turismo y lo poco a poco lo están consiguiendo, y de qué manera.
La gente del pueblo participa activamente de esta fiesta. Durante los dos primeros sábados del mes de julio, todas las calles, balcones y murallas del pueblo se adornan con miles de velas. Las puertas de algunas casas se abren para enseñar al visitante su interior en el que pueden verse espectaculares terrazas y jardines, adornados con fuentes y pozos. Sobre las 7 de la tarde, los turistas comienzan a encender las velas, que más tarde, cuando se ponga el sol, iluminarán las calles medievales.
A medida que va cayendo la tarde, el número de personas que se acercan hasta la localidad de Pedraza va poco a poco en aumento. Se recomienda llegar con suficiente antelación para no perderse ni un ápice de este evento tan especial. Comer algo en alguno de los bares del pueblo resulta complicado, ya que no hay muchos establecimientos donde elegir y suelen estar todos abarrotados de turistas. Una de las opciones más recurridas es la de saborear un bocadillo contemplando la belleza del valle de Navafría.
A las 10 de la noche, las luces de Pedraza se apagan y la localidad brilla al calor de la luz de las velas, que forman preciosos dibujos y palabras. A esa misma hora, la Plaza Mayor se cierra para que el público pueda disfrutar del Concierto de las Velas. Por delante 3 horas de música clásica con orquestas sinfónicas, solos de violín e interpretaciones de obras clásicas de nuestra historia, que endulzará los oídos de todos aquellos que acudan a la plaza. El precio de las entradas oscila entre los 49 y 79 euros. Los beneficios de las entradas van a parar a la reconstrucción de la iglesia de Santo Domingo, el auditorio y el centro cultural de Pedraza.
Mientras tanto, Pedraza se sumerge en un frenesí y se llena de alternativas para que todos aquellos que no hayan acudido al concierto puedan disfrutar con una velada de ensueño. Las terrazas de los hoteles y de las casas rurales se llenan de gente, al tiempo que los patios y los jardines se convierten en cómodos lugares en los que disfrutar de una magnífica velada a la luz de las velas.
Otros de los espacios que se suman al encendido de velas es el Castillo de la familia Zuloaga (BIC y con un museo con las obras del artista). Además, el pueblo cuenta con una cárcel, y los restos de lo que fue la Iglesia de Santa Mª, del siglo XII.
Tras la fiesta y la velada, llega el momento de regresar a casa. El principal problema radica en que la villa cuenta con una sola salida, una puerta de madera construida sobre un estrecho arco que abre la muralla para que la gente pueda abandonar la villa, con lo que habitualmente se forma un pequeño caos circulatorio.
Pero este hecho no empaña una celebración mágica, en la que figuras, nombres, dibujos y demás elaborados a partir de las velas, iluminan y adornan la localidad durante la noche, y donde los sueños y las ilusiones, parece que empiezan a hacerse realidad.
Fuente de imágenes: Fotonazos.es
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