Villajoyosa, la perla de Levante
Por Javier Alonso Ezquerra.
A 32 kilómetros de Alicante y a 10 de Benidorm se sitúa una de las poblaciones más conocidas y antiguas de la Costa Blanca, Villajoyosa, una zona tradicionalmente de pescadores donde todavía encontramos vestigios de la edad de Bronce.
Accedemos al pueblo por la carretera que viene de Alicante y nos adentramos en la zona del puerto, justo en su parte más baja. Junto a él se extiende un agradable paseo sombreado por palmeras y rodeado de casas que parecen suspendidas sobre el caucedel río Amadorio y que son una tarjeta de visita obligada para todos los turistas que quieran llevarse un grato recuerdo de ésta ciudad. Las fachadas de las casas están pintadas de vivos colores: blanco, añil, ocre o amarillo, que se entremezclan dándole un aspecto singular y atractivo a esta zona.
La localidad cuenta con distintas playas (la de la ciudad, el Paraís, el Bol Nou, los Estudiantes, el Racó del Conill) que ofrecen entornos variados y atractivos para los turistas. La gran mayoría de ellas tienen una bandera azul, muestra de su calidad. Además, cuenta con astilleros y con un puerto pesquero, que en la actualidad tiene una flota fija que ronda las cincuenta embarcaciones, y otro náutico que favorece en todo momento la práctica de los deportes acuáticos.
Villajoyosa es una localidad con mucha historia, que ha perdurado a lo largo de los siglos. Dentro de su conjunto histórico-artístico encontramos el casco antiguo, las murallas renacentistas y la iglesia fortaleza de l´Assumpció, que pertenece al gótico catalán.
De planta cuadrada, construida en el siglo XVI, la Torre del Aguiló es uno de los principales monumentos de esta población levantina. Llegó a formar parte del sistema de vigilancia costera contra la piratería. La Torre de la Torreta y la Torre del Baix, son otros monumentos dignos de mención.
A las afueras de la ciudad se encuentra el Casino Costa Blanca, centro de juegos y entretenimiento que ha servido también como reclamo para atraer más visitantes.
No podemos dejar de lado la opción de degustar alguno de los platos típicos de la región en los que el arroz y el pescado constituyen su alimento principal. Así, destacamos la paella vilera, el arroz con judías al horno, arroz con espinacas y boquerón, Puchero con Tarongetes (pelotas), el suquet de pescado o la borreta de melva.
Entre sus principales atractivos turísticos están sus fiestas de Moros y Cristianos, celebradas en honor a Santa Marta del 24 al 31 de julio. Declaradas de interés turístico internacional, estas fiestas se celebran en Villajoyosa desde hace más de 250 años y rememoran la ayuda que en 1538 Santa Marta ofreció al pueblo de La Vila acabar con la invasión de galeras y galeotes había en la costas de la villa. Sus desfiles de Moros y Cristianos llenos de colorido y música, son parte de la celebración. Pero si por algo son conocidas estas fiestas es por la representación de un combate naval y un desembarco en la playa con todo lujo de detalles.
El día 29 de Julio, en plenas fiestas, se celebra la procesión de Santa Marta, cuyo caballero portador, la guía por su recorrido ofreciendo a la santa al público congregado a tal ocasión. El caballero es D. Lorenzo Ronda Martínez, que tiene este cargo vitalicio. En verano además, se suele celebrar la «chocolatissima», que incluye rutas guiadas y degustación de chocolate en el casco antiguo.
Durante las fiestas, se podrá degustar además una bebida típica y tradicional de Villajoyosa: el Nardo Vilero. Se trata de una bebida de gran tradición festiva que combina café granizado y Absenta.
Una buena opción para disfrutar de unos días de fiesta con buena cultura a orillas del Mediterráneo.
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