La Génova de André
Por Raúl Fernández de la Rosa
Ultramar o Génova, rápidamente surge el nombre del Almirante, Cristóbal Colón. Porque se dice que allí nació, aunque la biografía de este teórico genovés es de las más oscuras y literarias que nadie pueda tener; pero bueno, ese es otro tema. Obviamente, la ciudad está ligada al mar, porque es el puerto más importante del país, y porque fue capital de todo un Estado con lo marítimo por bandera.
Pero yo quisiera que este viaje mío, este artículo, sirviera para algo: que otro nombre ocupe el imaginario hispánico al pensar en la ciudad de puerto.
Una de las primeras cosas que uno le atribuye al itálico país es la música. Todos tenemos en la memoria ciertas canciones, la música italiana como género. El amor, la música e Italia son un buen trío.
Pero si uno fuera italiano y le hablasen de música…si uno va a Italia y pide que le hablen de música, si uno trata de conocer lo desconocido del panorama musical de esa península con bota…no seria extraño que un nombre se haga música: Fabrizio de André.
En Génova existen un sinfín de castillos, muchos de ellos miran la ciudad desde lo alto. Son reminiscencias de la Dominante dei Mari, así se la llamó. Algunos de estos fuertes son utilizados, hoy en día, para conciertos y fiestas juveniles. No sería extraño que pudiéramos oír algún verso de de André. Uno de los más bellos es un diamante.
¿Verso o fortaleza? Si uno sube en el pintoresco Trenino di Casella, viajará hacia el interior a través de dos valles vigilantes, Val Polcevera y Val Bisagno, luego, y sólo caminando, puede llegar a Forte Diamante. Construido en el homónimo monte. Para otros los diamantes son para siempre o para desayunar, para mí: «dai diamanti non nasce niente / dal letame nascono i fior»: de los diamantes no nace nada / del letame* nacen las flores (perdóname Faber, pero no sé lo que hago)
http://www.youtube.com/watch?v=1451T-k_gHY
El barrio donde creció, Pegli, es uno de los que menos ha sufrido la progresiva industrialización. Allí se puede pasear buscando un sitio donde sentir el sol y la mar. O ir al corazón de Génova y perderse por los carrugi (callejuelas estrechas, que zigzaguean en el monte, coronadas muchas con unas puertas en arco). Con la omnipresencia de la mar.
Podemos buscar las pequeñas tabernas escondidas en los carrugi, y mirar la mar, final de nuestras vidas. Quizás pensando que, todos morimos penosamente, tragando la última voz, dando patadas al viento…Qué no por nada, sólo porque los diarios del Almirante no fueron escritos por Colón. Y ʻtutti morimmo a stentoʼ se basa en una poesía de su amigo y paisano Riccardo Mannerini.
http://www.youtube.com/watch?v=SYP-peE57Hg
Otro amigo, mío, me dijo que el cantante está incluido en las antologías escolares. Más tarde comprobé el hecho, Faber es poesía y como tal se estudia. Es el alma de Genova y de Italia, porque es extraño que algún italiano no lo guarde en el corazón. Yo me siento un poco italiano mirando el mar genovés, gotas que el viento recoge y vuelve a esparcir entroterra.
http://www.youtube.com/watch?v=Of4B-Cs6wXc
* Letame (Del lat. laetāmen). 1. m. Tarquín, cieno y basura con que se abona la tierra.
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