El tiempo de los cerezos
Por Áurea Moltó.
Cada año, entre marzo y abril, llega el tiempo de los cerezos en flor. Toda la cursilería contenida en esta frase es superada por el espectáculo blanco y rosa de la floración de miles de especies de prunus (cerezos, almendros, ciruelos, melocotoneros, albaricoqueros). Son apenas diez días de esplendor, y pueden ser menos si cae una tormenta o sopla el viento con fuerza.
En este momento, tres páginas web en tres lugares del planeta, en Washington D.C., en el Valle del Jerte y en Japón, informan sobre lo mismo: los días de mayor floración de los cerezos. La llegada de la primavera trae a estos tres lugares oleadas de peregrinos en busca del clímax floral. En 2012 el primer apogeo se está produciendo ya en Washington. Le seguirá el Valle del Jerte, donde la floración máxima de los árboles se podrá ver a partir del 26 de marzo (si el frío actual no lo retrasa). En Japón está previsto que los cerezos alcancen su mayor número de flores durante la primera semana de abril. La historia y las tradiciones asociadas a los cerezos son diferentes, y por ello dedicaremos esta semana a explicar su origen y significado en Estados Unidos, España y Japón. Por supuesto, por orden exhaustivo de floración.
Si tuviéramos que pasar un examen sobre los datos básicos del cerezo diríamos lo siguiente: es un frutal que crece en altitudes medias, entre 400 y 600 metros, requiere de frío y humedad durante el periodo de receso. Alcanza una altura de entre 7 y 20 metros, con un tronco corto y recto, y una copa piramidal, de abundantes hojas medianas o pequeñas. Su floración se produce con el primer calor al final del invierno y principio de la primavera, antes del brote de las hojas, cubriendo las ramas completamente de flores. El fruto madura entre mayo y julio. Dependiendo de la especie, hay cuatro tipos de cerezas: guinda, cereza gordal, cerezas inglesas y cerezas de cabillo corto. Para completar esta recolección de datos, y como curiosidad, añadimos que los cuatro mayores productores del mundo son Turquía, Estados Unidos, China y España.
Aunque hoy se ha extendido por todo el mundo, el origen del cerezo está en Macedonia y Asia Menor. Su cultivo para la producción de cerezas comenzó en la isla griega de Kerasos, en el mar Negro. La mayoría de los cerezos plantados hoy en el mundo tienen una finalidad ornamental, por la belleza de sus flores y hojas, que pueden ser verdes, rojas o casi moradas. Su madera, dura y de color castaño claro, es muy valorada para la ebanistería y para la producción de instrumentos musicales.
Pero aparte del valor de sus frutos y su madera, el cerezo concentra una espiritualidad, el significado en cinco pétalos de la propia existencia, de la belleza de la vida. Mañana nos vamos a Washington a buscar el espíritu del cerezo…