Este viaje lo iniciamos en el puerto de Barcelona, donde nos embarcamos en un ferry de la compañía Grimaldi con destino Livorno para hacer un recorrido por los Balcanes (Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina y Montenegro).
Vamos a dejar en esta entrada nuestra experiencia en el ferry. Este relato os puede ser de utilidad si queréis embarcar una AC pero también un coche o una moto.
El muelle de Barcelona es el de San Bertran, al lado de la estatua de Colon, en las coordenadas N 41º 22.216′ E 2º 10.597′.
Entrando desde la plaza de la Carbonera, seguir las indicaciones hasta una rotonda en que cambiaremos el sentido y volveremos de nuevo hacia atrás, entrando en la segunda puerta que encuentras a la derecha (la primera es para camiones).
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Allí nos ponemos a la cola para embarcar y aprovechamos para ir a las oficinas a cambiar el papel impreso por internet por los tickets de embarque con las habitaciones asignadas, es decir, a hacer el check in.
En la cola somos la única AC, la gente embarca turismos y motocicletas.
El punto donde hacíamos cola no es el del barco, una vez que avanza la línea iremos recorriendo el puerto hasta el barco de Grimaldi, a unos centenares de metros.
Son las 22:00 horas, hemos llegado perfectamente a la hora indicada, dos horas antes de la partida como aconseja la compañía naviera. el proceso hasta el embarque nos lleva una hora y cuarto, dejando la autocaravana en el tercer piso del buque (en realidad el que está casi en línea de tierra).
Nos llevamos lo que necesitaremos para el trayecto, algo de comida, ropa y neceser de aseo, así como bañadores para la piscina inexistente, vamos, que mi padre me dijo que había piscina y yo tan confiado ni lo miré de lo seguro que me lo dijo.
Cerramos la autocaravana, dejando la nevera en gas. Parece que no se puede hacer pero había leído en foros que todos la dejaban enchufada y nadie lo miraba, como así nos ocurrió.
Los camarotes son parecidos a los de cruceros de pasajeros pero algo más justos, tanto en la estética como en el tamaño de las camas, pero en general bastante aceptables.
Después de acomodarnos en el camarote de 4 personas fuimos a cubierta para ver la partida del puerto. estamos a 23 de junio y no estaría de más una chaquetilla para el airecito que se levanta en cuanto se mueve el barco.
Salimos con puntualidad a las 00:00 horas.
Dormimos unas 10 horitas seguidas. No está de más tampoco traer tapones para los oídos por las máquinas, vibraciones y otros sonidos. El pasaje se comporta bastante bien, no hay mucha gente y la que hay creo que le interesa descansar.
EL BARCO
El barco se llama buque Florencia y tiene 8 pisos. Los tres de abajo son de carga. El quinto es el restaurante, recepción, minitienda y cabinas, donde nos tocó a nosotros, en la 523. el sexto es el bar discoteca, cabinas y cubierta. séptimo puente de mando y cubierta y la octava planta es la cubierta de arriba.
Enseguida te haces al barco, pues no es un crucero y además no se puede entrar a más de las tres cuartas partes de la nave.
Dispones de tres ordenadores con conexión a internet y wifi en el barco, con precios de 3€ los quince minutos, 5€ la media hora y 8€ la hora.
Los precios del bar son, por ejemplo, 1.2€ el expresso, 1.6€ el capuchino, 1.3€ el agua de medio litro, 1.6€ el croissant y 4.2€ el bocadillo. El restaurante sale entre 6 y 8 euros los platos, que no son gran cosa, la verdad.
En la cubierta viajan algunos vehículos
y también los pasajeros que quieran tomar el sol o admirar el imponente e inmenso mar.
Llevaros multimedia, libros, juegos o distracciones, como si fuerais a pasar un día en el aeropuerto, pero de relax, sin estrés, navegando por las aguas del Mediterráneo.
Llegamos a las 19h pero entre que el barco se mete por zonas del puerto y llega a su muelle, nos daban las 19:45
cuando salíamos del barco y un poco mas tarde partíamos pues tuve que hacer de Mc Giver momentáneo para arreglar el cable del GPS y ponernos en marcha a Pisa, a unos 16 km.
